Tercer Milenio

En colaboración con ITA

El edificio de Platea para cultivos energéticos abrirá en abril, seis años después de construirse

Ahora se utilizará como centro de innovación en bioeconomía para crear empleo en el mundo rural. En el inmueble se invirtieron 2,4 millones de euros y nunca se estrenó.

Un edificio sin actividad durante seis años. El antiguo edificio de cultivos energéticos, como se le conoce en la actualidad, ha permanecido sin actividad desde su construcción. Levantado en Platea, se han tenido que realizar obras de puesta a punto para poderlo abrir en las condiciones adecuadas.
Un edificio sin actividad durante seis años. El antiguo edificio de cultivos energéticos, como se le conoce en la actualidad, ha permanecido sin actividad desde su construcción. Levantado en Platea, se han tenido que realizar obras de puesta a punto para
A. García/Bykofoto

El edificio destinado a albergar un centro de investigación de cultivos energéticos abrirá sus puertas el próximo mes de abril, si bien lo hará seis años después de haber terminado su construcción en la plataforma logística Platea de Teruel y con un nuevo enfoque. Bajo la denominación de Centro de Innovación en Bioeconomía Rural, su objetivo es convertirse en un abanderado en la lucha contra la despoblación mediante el impulso de proyectos novedosos para el mundo rural en el campo agropecuario.

El inmueble, en el que se invirtieron 2,4 millones de euros, nunca llegó a estrenarse. Sufrió numerosos avatares que han ido retrasando su apertura y, por consiguiente, provocando el deterioro de la infraestructura. De hecho, hace dos años fue necesario invertir 13.000 euros para reparar la cubierta y posteriormente se han ido realizando mejoras para su puesta a punto.

Financiado por el Plan de Actuación Específico para Teruel (PAET) –creado en la legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero para impulsar el desarrollo de esta provincia–, fue el resultado de las grandes iniciativas que se prometieron para Teruel y que muchas de ellas murieron en el intento. Pero a la estocada mortal de este proyecto contribuyó la desaparición de las primas que se concedían a los cultivos energéticos, un contratiempo que truncó los planes del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA), organismo del que dependía entonces.

Nueva orientación

Tras haber sido reorientado el proyecto varias veces, ahora se inaugurará con un enfoque muy diferente a como originalmente se concibió, según señaló el director del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA) –organismo al que fue transferido hace dos años–, José Antonio Domínguez. "No va a ser un centro de investigación –explicaba–, sino que queremos que sirva para apoyar un objetivo global, como es la lucha contra la despoblación". "Para ello –continuó– aprovecharemos todos los conocimientos que se están generando en el ámbito de la Universidad y en los centros de investigación con el objetivo de darles utilidad y crear negocios viables en el territorio rural".

Domínguez aclaró que se ha configurado para ser un proyecto piloto y un centro "de referencia en Europa". Entre otras razones, porque se va a trabajar con actividades innovadoras basadas en el campo de la bioeconomía, que persigue el desarrollo con un uso eficiente de los recursos naturales. El impulso de los negocios relacionados con la trufa, la riqueza micológica o la biomasa, son algunos ejemplos. El director puntualizó que este centro, con el que también colaborarán asociaciones profesionales, permitirá contactar con empresas para que puedan asumir las iniciativas que vayan surgiendo.

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