La capilla del Pilar de Albarracín renueva su imagen 4 siglos después de construirse

La capilla del Pilar, uno de los principales oratorios de la catedral de Albarracín, podrá mostrar su riqueza artística renovada después de la profunda intervención a que están siendo sometidos sus retablos, un importante conjunto patrimonial del barroco aragonés muy deteriorado. El centro de restauración de la Fundación Santa María ha iniciado los trabajos que se prolongarán hasta el mes de septiembre.

El gerente de la Fundación, Antonio Jiménez, señaló que se trata de una capilla preferente dentro del conjunto catedralicio, recuperada durante la reforma integral que se llevó a cabo en la catedral en el siglo XVIII, una centuria después de su construcción, por el obispo Juan Francisco Navarro.

Los trabajos se concentran en los cinco retablos que decoran sus paredes, así como dos grandes lienzos de crucero. El más espectacular, el que preside el muro central, sorprende por su profusa decoración barroca y la talla de la virgen que lo preside. Los cuatro lienzos-retablo se caracteriza por su sombrío colorido, lo que imprime una imagen tenebrosa de la pintura. Las obras lucen todavía más oscuras debido a la suciedad que acumulan, un deterioro al que su suman los desgarrones que presenta el soporte de lienzo y las manchas de cera de vela que salpican las pinturas. Destacan los otros dos grandes lienzos de crucero en los que se representa la aparición de la Virgen y la batalla de Clavijo.

Para poder acometer los trabajos a tiempo, la Fundación ha contratado a 4 personas que participarán en este proyecto junto con los especialistas del Centro de Restauración de la Fundación. La intervención, a la que se sumará la reparación de los bancos de la catedral, se financiará con los fondos Fite de 2016.

Antonio Jiménez confía en que estos mismos fondos, correspondientes a 2017, financien el siguiente proyecto, con el que se pretende inventariar el conjunto de obras artísticas que se conservan en los almacenes del palacio episcopal. Este sería el primer paso para llevar a cabo trabajos de conservación preventiva de todo el patrimonio que se esconde en los sótanos del edificio. Jiménez aclaró que la Universidad de Zaragoza por encargo de la Diócesis de Teruel-Albarracín realizó una primera catalogación de las piezas hace unos años, pero considera que se trata de una intervención insuficiente ante el abrumador patrimonio almacenado