El primer Plan Teruel acaba de cumplir 60 años con sus proyectos estrella sin ejecutar

Fue presentado a finales de 1956 con el objetivo de generar riqueza para frenar la despoblación en toda la provincia.

Las Tosquillas, medio siglo después. El pantano de Las Tosquillas, en Mora de Rubielos, es la principal obra hidráulica del Plan Teruel de 1956 hecha realidad, aunque sigue sin estar operativa. La presa se terminó en 2013, más de medio siglo después de que una delegación turolense entregara el plan de desarrollo.
El primer Plan Teruel acaba de cumplir 60 años con sus proyectos estrella sin ejecutar
Jorge Escudero

El Plan Teruel de 1956, diseñado para fomentar el desarrollo provincial y frenar la despoblación, acaba de cumplir 60 años sin que algunas de sus principales propuestas se hayan hecho realidad. Ni aquel documento –presentado en una audiencia al entonces jefe del Estado, Francisco Franco– ni su media docena de sucesores ya en democracia han logrado frenar la sangría poblacional, que ya en 1956 se veía como a principal amenaza para el futuro de la provincia.

El primer Plan Teruel, de diez años de duración, proponía inversiones en la mejora de las comunicaciones, en la regulación de ríos, el fomento de la agricultura y para el estímulo de la industria, entre otras medidas. Varios de los proyectos siguen todavía pendientes, como los pantanos de La Balma (en la cabecera del Bergantes) o los Alcamines (en el Alfambra). Defendía también la mejora de la red de suministro eléctrico, la creación de 13.000 hectáreas de regadío y una ambiciosa política de repoblación forestal.

El plan, que se quedó en una declaración de intenciones, nació del Consejo Económico Sindical de la provincia, presidido por el entonces gobernador civil, Marcos Peña Royo. En la introducción del documento se alude a la "necesidad a todas luces apremiante" de aprovechar los recursos para "elevar la renta provincial". Proponía mantener un ritmo inversor anual de 16,6 millones de pesetas en mantenimiento de carreteras, de 36,6 en nuevas calzadas y de 51 millones en ferrocarriles. En matería ferroviaria, abogaba por terminar el tren Teruel-Alcañiz, que nunca llegó a finalizarse.

El principal argumento del Consejo era "anular" el proceso migratorio que vaciaba la provincia, aunque el retroceso censal de la época se queda en un anécdota comparado con la situación actual. El estudio demográfico que justifica el Plan Teruel cifra el descenso demográfico entre 1857 y 1950 en un 1,1%, frente a un crecimiento estatal del 81% en el mismo periodo. Advierte de una "alarmante e inexplicable" despoblación por motivos geográficos, falta de infraestructuras y "abandono estatal".

Al primitivo Plan Teruel sucedieron, tras la dictadura, la Operación Integrada de Desarrollo (1991), el Plan Especial para Teruel (1992), el Examen Territorial de Teruel -elaborado por la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico- (2000) y el Plan de Actuación Específico para Teruel (2005). Entrelazado con ellos se puso en marcha en 1992 el Fondo Especial para Teruel, vigente todavía como Fondo de Inversiones para Teruel (FITE) y dotado con 60 millones de euros al año.

La sucesión de buenas intenciones y escasos recursos no ha detenido el desplome demográfico y la provincia se consolida como la segunda más despoblada del país, con 9,4 habitantes por kilómetro cuadrado, solo por encima de Soria. Entre 1956 y la actualidad el censo provincial ha pasado de 236.000 a 136.000 habitantes, un 42,4% menos.

Para el presidente de la Cámara de Comercio, Jesús Blasco, la reiteración de planes, unida a la imparable despoblación, demuestra que las previsiones "no han tenido el efecto deseado o ni siquiera se han aplicado". Blasco añadió que la provincia, después de cinco planes de desarrollo específicos, sigue "sin infraestructuras básicas, con un ferrocarril precario y sin conexión directa con Madrid". A su juicio, el principal avance de los últimos 60 años es la autovía A-23 y la máxima prioridad es ahora la conexión por autovía de Zaragoza con el Bajo Aragón y el Mediterráneo y el corredor ferroviario Cantátrico-Mediterráneo.

El dirigente empresarial lamenta que los sucesivos planes "den vueltas siempre a los mismos objetivos". Frente a la falta de avances en Teruel, "otros territorios se desarrollan y el atraso de la provincia se agrava". Opina que, si en algo coinciden los programas de desarrollo, es en "el incumplimiento de sus previsiones".

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