Romanticismo desde Oriente

La celebración del 800 aniversario de la historia de los Amantes, protagonista del recorrido de la cabalgata de Teruel. Los tres magos lanzaron caramelos con forma de corazón y las carrozas lucieron motivos alusivos a Isabel y Diego.

El rey Melchor reparte caramelos junto a su séquito, en la calle San Juan de Teruel.
El rey Melchor reparte caramelos junto a su séquito, en la calle San Juan de Teruel.
Antonio García/Bykofoto

El romanticismo se adueño ayer de la cabalgata de los Reyes Magos como un preludio de lo que sucederá a lo largo de todo el año en la ciudad de Teruel, en donde se ha previsto celebrar por todo lo alto el 800 aniversario del origen de la historia de los Amantes. Las figuras de Isabel de Segura y Diego de Marcilla estuvieron presentes, en algunos casos de forma velada, en prácticamente todo el recorrido de la comitiva real, con el reparto de piruletas con alma de rojo corazón como aperitivo de un año singular.


Antes de emprender el largo itinerario de 4,5 kilómetros a través de las calles de los barrios de San León, Casco Histórico y Ensanche, Gaspar, Melchor y Baltasar realizaron una visita al Mausoleo de los Amantes. Allí posaron ante los sarcófagos esculpidos en alabastro –las sepulturas de los eternos enamorados–, con la alcaldesa, Emma Buj, a la que acompañaba su hijo pequeño, como anfitriona. La estampa más bulliciosa la protagonizaron los numerosos niños que se concentraron en el jardín de la iglesia de San Pedro, contigua al Mausoleo, para ver, hablar y tocar a los magos de Oriente, quienes decidieron utilizar ese oasis de amor y paz para descansar de su largo viaje.


Y el amor fue el gran protagonista de la cabalgata turolense, con corazones de papel brillante, dulces y globos de colores en forma del músculo romántico repartidos en todas y cada una de las carrozas. De fondo, la música del cantante local Mario Lafuente, que compone la banda sonora del ‘mannequin challenge’ –vídeo con los protagonistas inmóviles– sobre los Amantes grabado recientemente en las calles de la ciudad y con gran éxito en las redes sociales.


Como arranque de la caravana real más multitudinaria de los últimos años, una gran tarta, símbolo del ochocientos cumpleaños de Isabel y Diego, desfiló sobre un vehículo rodeada de fantásticos gnomos vestidos de verde y rojo.


Los niños, a los que la inclemente meteorología turolense dio un respiro, pudieron disfrutar de la noche más mágica del año sin los agobios de los guantes y las bufandas. Recoger los pequeños juguetes y los más de setecientos mil caramelos que los Reyes y su séquito lanzaron desde las alturas fue su principal cometido. "Ten cuidado con las ruedas de las carrozas", gritaban los padres a sus vástagos, alarmados por la cercanía de los grandes vehículos de resplandecientes colores.

Más de mil participantes

Diversos barcos, este año con el de la peña vaquillera de los Marinos como novedad, navegaron entre el oscuro pavimento de las calles turolenses. No faltó la nave pirata de San Blas, tradicional ya con sus personajes de bucaneros y marineros entre la proa y la popa.


Más de mil personajes desfilaron en la especial cabalgata del aniversario amantista, con cisnes, animales mitológicos y personajes de cuentos infantiles abriendo paso a las carrozas desde las que Melchor, Gaspar y Baltasar anunciaban la noche más larga del año. Los más participativos, los barrios pedáneos de Teruel, con el tren del amor de Tortajada; la figura de la iglesia modernista de Villaspesa, este año presidida por la leve caricia de las manos de Isabel y Diego; y el mamut envuelto en corazones de Concud, dando la bienvenida a niños y mayores.


Las alusiones locales estuvieron presentes con las imágenes de las torres mudéjares, los toros de la Soga y Baga y la plantilla de jugadores del Club Voleibol Teruel.

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