Críticas a la fiesta de Halloween celebrada en un convento

Entrada principal al convento de monjas concepcionistas de Calamocha, cerrado en 2007.
Críticas a la fiesta de Halloween celebrada en un convento
Sergio Martínez

La Parroquia de Calamocha ha expresado su malestar por la organización, el pasado 31 de octubre, de una fiesta de Halloween en un antiguo convento de la localidad, ahora cerrado y propiedad del Consistorio, si bien la capilla está cedida al Obispado para la celebración de misas. Uno de los párrocos, José Julio Marín, calificó ayer de "irreverente" la actividad desarrollada allí y se mostró muy dolido, especialmente, por el título de la misma: ‘El convento del terror’. "En todo caso, este es el convento del amor", replicó el sacerdote, quien recordó que este monasterio estuvo habitado por una congregación de monjas de clausura muy querida por la población y que incluso hubo allí una escuela de niños. El edificio guarda 250 enterramientos de religiosas.


El Consejo Parroquial, integrado por varios grupos de carácter solidario, envió hace escasos días una carta al Ayuntamiento de Calamocha mostrando su desacuerdo con el lugar elegido para la fiesta. "No viene a cuento esa imagen de terror", decía la misiva.


Sin embargo, el alcalde de Calamocha, Manuel Rando, rechazó ayer todas las críticas y explicó que la actividad, lejos de ser una fiesta al uso, consistió en una recreación teatral en el interior del convento en la que participaron grupos culturales de la localidad. Los participantes entraban de cuatro en cuatro con un monitor y, al tiempo que buscaban pistas, recibían algún que otro susto por los pasillos de la zona de celdas.


"Allí no se reza ni nada –argumentó Rando– y el edificio ahora es civil". El Ayuntamiento intenta reunir recuerdos materiales de las monjas de clausura que vivieron allí para abrir un museo sobre la vida monacal.

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