Érase una vez... Azaila

El proyecto Vida Primitiva desarrolla un conjunto de actividades en la localidad turolense para mostrar cómo se vivía allí durante el periodo que va desde la Prehistoria hasta la Edad del Hierro.

Érase una vez Azaila
Érase una vez Azaila
Birrus Design & Art

El Cabezo de Alcalá, ubicado en la localidad turolense de Azaila, es uno de los yacimientos íberos más importantes de España, catalogado como Bien de Interés Cultural. Un poblado cuyo origen data del siglo IX antes de Cristo que tuvo su apogeo desde finales de la Edad del Bronce hasta el siglo I antes de Cristo.


Cuenta con un Centro de Interpretación que, además, ofrece la oportunidad de comprender el yacimiento, conocer cómo vivían sus antiguos pobladores y permite la posibilidad de tocar y probar objetos de uso cotidiano en el mundo íbero.


Este experiencia para los visitantes del Cabezo de Alcalá es posible gracias a la labor de Vida Primitiva, una iniciativa impulsada por Eva Gil y David Castillo, dos zaragozanos que desde 2008 realizan en este espacio diversas actividades (visitas guiadas, talleres…) para entender el periodo que comprende desde la Prehistoria hasta la Edad del Hierro.


En el Centro de Interpretación, también llevan a cabo demostraciones de carpintería, fragua y forja y actividades como tiro con arco, pintura neolítica, telares, cestería o cerámica, entre otras.


“Lo que pretendemos es dotar de un mayor contenido la visita al yacimiento transmitiendo cómo vivían los antiguos pobladores de este lugar”, explica Eva Gil.


Las actividades que realizan están dirigidas a todo tipo de público: “Intentamos atraer a familias que, por ejemplo, en un mismo taller puedan participar desde los peques hasta los padres, los abuelos... y que así los visitantes que vengan a ver el Cabezo de Alcalá tengan una experiencia más completa de su paso por este conjunto arqueológico”.


Vida Primitiva también organiza cursos temáticos, entre los que destacan los de forja, talla de sílex o elaboración de arcos, dirigidos a un público más concreto que quiera aprender técnicas ancestrales. “En este tipo de formación hemos tenido alumnos de toda España”, añade Gil.


Eva Gil y David Castillo son grandes aficionados a la historia “desde siempre”, confiesa Gil. Ambos son tiradores de arco desde hace mucho tiempo y participantes habituales en el campeonato europeo de tiro con armas prehistóricas.


Su pasión por la historia y la tecnología ancestral les llevó a lanzar el proyecto Vida Primitiva con la intención de divulgar a través de cursos y actividades una etapa como la prehistoria, “tan interesante como desconocida para muchos. Además, estando en Azaila, el tema de la cultura íbera lo conocíamos en profundidad y lo que empezó como Vida Primitiva partiendo desde la Prehistoria ha terminado abarcando también la cultura íbera”, cuenta.


Para los fundadores de Vida Primitiva el rigor histórico es un aspecto fundamental. “Cualquier actividad en la que estemos implicados, una taller, una jornada, una recreación… debe tener rigor. Es mejor no llevar un utensilio si no se ha fabricado como se hacía en ese periodo representado”, apostilla.


“Siempre partimos de estudios arqueológicos y publicaciones que garantizan ese rigor en lugar de algunas informaciones que corren por internet. A veces nos hemos encontrado unas cuantas leyendas urbanas que la gente cree ya como verdaderas. Y no es así, -subraya-. Conocer bien la historia es esencial para comprender cómo hemos llegado hasta ahora a ser lo que somos y a tener lo que tenemos”.

 
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