La Escuela Oficial de Idiomas de Teruel dispone todavía, y por primera vez en muchos años, de plazas libres en las cuatro lenguas que imparte: inglés, alemán, francés e italiano, y en todos los cursos, salvo en el nivel C1 de la primera especialidad. En este hay una mayor demanda por ser el último curso del ciclo de estudios que se ofrece en lengua inglesa.

Igualmente se registran vacantes en las extensiones de Calamocha, Monreal del Campo y Utrillas.

Ante esta situación, el periodo de matriculación en estos centros todavía permanece abierto a fin de facilitar el acceso aquellos alumnos que, por falta de información o por considerar que la Escuela ya está saturada, no lo hayan realizado con anterioridad.

La demanda, no obstante, de estos estudios ha disminuido notablemente en los últimos años, según señaló la directora de la Escuela Oficial de Idiomas turolense, María José Sanz. De hecho, hay ahora 1.000 alumnos matriculados frente a los 1.200 del año pasado y los 1.700 con que llegó a contar en los momentos de mayor auge. La enseñanza de inglés alcanzó, incluso, listas de espera y los exámenes en la modalidad libre recibían auténticas avalanchas de estudiantes a final de curso, la mayoría de ellos procedentes de la Comunidad Valenciana.

María José Sanz considera que la tendencia está experimentando un cambio debido a la gran competencia que existe por parte de otras entidades para impartir las certificaciones de los estudios de idiomas. También influye el hecho de que muchos alumnos ya han obtenido sus títulos para poder optar a concursos de traslados, a la Universidad o a los colegios bilingües, y por tanto, han abandonado el centro.

La Escuela de Idiomas de Teruel, creada en 1986, es una de la instituciones más consolidadas de la capital, cuyo crecimiento y amplia demanda en la provincia impulsó la apertura de las secciones de Calamocha, Utrillas, Monreal del Campo y Alcañiz.

La ubicación del centro en una sede propia ha sido una de las principales reivindicaciones tanto de la comunidad educativa como de la sociedad turolense. Las aulas son compartidas desde hace treinta años con el Instituto Santa Emerenciana, lo que dificulta la enseñanza. De hecho, esta situación hace que no se disponga de salas específicas con adecuada sonoridad para impartir un idioma. La reubicación de la Escuela fue uno de las cuestiones tratadas en el último pleno del Ayuntamiento de la capital y que gozó del acuerdo de todos los grupos.