La restauración de la torre de la catedral se iniciará en noviembre tras siete años de espera

Es el único monumento del conjunto mudéjar declarado patrimonio mundial pendiente de una intervención. Las obras corresponden a una primera fase financiadas con el FITE.

La torre de la catedral es uno de los monumentos más visitados.
La restauración de la torre de la catedral se iniciará en noviembre tras siete años de espera
A. g./B

La torre mudéjar de la catedral será por fin objeto de una profunda remodelación tras permanecer el proyecto estancado siete años y de haber sufrido un intento fallido de restauración que quedó aparcado por falta de presupuesto. El Fondo de Inversiones de Teruel, FITE, se hará cargo de las obras que permitirán poner punto final a las intervenciones que se han llevado a cabo en los últimos quince años en el conjunto mudéjar turolense, declarado patrimonio mundial por la Unesco en 1986. La torre de la catedral es el único monumento que quedaba pendiente, tras las restauraciones realizadas en las torres de San Martín, San Pedro, el Salvador y la techumbre catedralicia.


La inyección económica del FITE –sistema financiado a partes iguales por las administraciones central y autonómica para compensar a la provincia de Teruel por su exclusión de fondos europeos–, correspondiente al ejercicio de 2016, posibilitará que las obras puedan arrancar en noviembre, según las previsiones del Obispado turolense.


Sin embargo, los 625.000 euros destinados por el Fondo de Inversiones permitirán que se pueda acometer solo una primera fase, ya que el presupuesto total asciende a 1,6 millones de euros. El arquitecto redactor del plan director de la catedral –un documento que contempla todas las actuaciones a realizar en el monumento religioso turolense–, Joaquín Andrés, marcará en los próximos días el calendario de trabajo en función de las prioridades del edificio. Para ello, contará con la participación de uno de los redactores del proyecto de restauración del conjunto mudéjar de la capital, el arquitecto José María Sanz.


Andrés dijo que los trabajos pueden comenzar sin demora, al disponer ya de las licencias necesarias y de la aprobación de la Comisión Provincial de Patrimonio. "Esperamos poder contratar las obras en octubre, de manera que puedan empezar a principios de noviembre", explicaba el arquitecto. El primer paso, al que se dedicará dos meses, consistirá en desarrollar catas para comprobar el estado de conservación que presentan los elementos estructurales y decorativos, estos últimos, de cerámica vidriada verde y blanca, los más característicos del mudéjar turolense.


La idea es que las fases más intensas del proyecto se inicien después de las Bodas de Isabel, a mediados de febrero, con objeto de no interferir en el desarrollo de la recreación teatral que atrae a miles de visitantes. Joaquín Andrés advirtió de que los trabajos se tienen que suceder a un ritmo que permita terminar la intervención el 30 de septiembre de 2017, fecha límite para ejecutar las obras, según el reglamento del Fondo de Inversiones de Teruel.


El proyecto de restauración de la torre fue redactado en 2009 y al año siguiente recibió una inversión de 800.000 euros del 1% que el entonces Ministerio de Fomento dedicada a actuaciones de carácter cultural. No obstante, esa cantidad, concedida en plena recesión económica, nunca llegó a su destino.

Paramentos abombados

El estado de conservación del monumento, construido en el siglo XIII, no parece, en principio, preocupante, aunque la situación de ruina que se aprecia en el interior denota el abandono en el que se halla sumido. De hecho, la última gran intervención que se llevó a cabo data de 1953.


El arquitecto indica que las catas permitirán conocer las causa del abombamiento que sufren los paramentos, con una imagen que muestra grandes superficies de sillares arqueados. Esta es una de las principales afecciones que padece la torre, junto con algún desprendimiento registrado en cornisas y tejado.


En la restauración de esta construcción se seguirán los mismos criterios adoptados en las demás obras mudéjares, realizando la mayor parte de las piezas, sobre todo decorativas, de forma artesanal.


Entre las actuaciones más singulares que contempla el proyecto, si bien se desconoce todavía en qué fase se ejecutará, destaca la reapertura de la puerta original que comunicaba la torre con la iglesia, un acceso secreto que ha permanecido oculto durante siglos.

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