Los niños de Teruel participan en la procesión de los cagones

Este evento se realiza desde 1742, tras la muerte de numerosos niños por una epidemia de infecciones intestinales.

Parte de la procesión en Teruel
Parte de la procesión en Teruel
Europa Press

Los niños más pequeños de Teruel, algunos en brazos de sus madres, han participado la tarde de este lunes en la procesión de los "cagones" como se conoce a este acto religioso tradicional y popular que tiene lugar desde el siglo XVIII.


El trazado ha partido de la iglesia del Convento de los Franciscanos, donde ha concluido tras recorrer diversas calles de la ciudad y pasar por delante del Ayuntamiento y del palacio episcopal para recoger a las autoridades municipales y religiosas.


La parte más emocional de la procesión ha tenido lugar en el convento de clausura, donde las monjas han salido a la reja y han saludado a los franciscanos y a muchos fieles que se han acercado a verlas.

Esta procesión tiene lugar desde 1742 cuando una epidemia de infecciones intestinales provocó la muerte de muchos niños pequeños y las madres se encomendaron en un día como este lunes, 29 de agosto, a los santos mártires franciscanos que tradicionalmente eran protectores de los más pequeños.


Los mártires franciscanos, copatronos de la ciudad, son Juan de Perugia y Pedro de Saxoferrato quienes llegaron a Teruel, entonces frontera con el mundo musulmán, desde Italia en 1220 y fundaron junto al río Turia una de las primeras comunidades franciscanas de la Península Ibérica.


Tras pasar varios años en la ciudad marcharon al reino de Valencia para cristianizarlo hasta que finalmente consiguieron su objetivo, el martirio. En 1228 el rey moro Zeit Abu Zeit ordenó decapitarles y sus restos reposan en el templo de San Francisco, donde habita una pequeña comunidad y en cuyo claustro se conserva el pozo que abrieron para tener agua en su huerto.


La procesión la encabezan los músicos con tambores, les sigue la peana con la imagen de los mártires y detrás los sacerdotes y los franciscanos seguidos de carros de bebés, niños en brazos e incluso alguno andando con madres, abuelas y algunos padres.Solidaridad con Italia

La comitiva parte pasadas las 18.00 del convento y rodea la ciudad por la rambla de la Merced, pasa por delante de la iglesia de este antiguo convento, sigue por los arcos del acueducto renacentista entra en el casco urbano y para ante una casa, donde la tradición dice que residieron los copatronos antes de abrir el convento.


Allí los franciscanos han expresado su acompañamiento a las víctimas del terremoto del centro de Italia, una zona vinculada a la orden de San Francisco. La segunda parada es ante la iglesia de las monjas clarisas, convento de clausura, donde se reza una oración y a continuación acuden al Ayuntamiento para que las autoridades municipales se incorporen a la procesión.


Después acuden al palacio episcopal donde se suman las autoridades eclesiásticas y finalmente pasa por la plaza del Torico, calle Nueva y calle san Francisco y nuevamente al convento donde se celebra una misa y se entrega a cada niño bautizado en el último año una medalla de los mártires para finalizar la tarde con una merienda a los asistentes.

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