Luis Ciprés: "Los médicos jóvenes que rechazan Teruel se equivocan"

Nombrado colegiado de honor por sus compañeros, asegura que desde un hospital pequeño como el Obispo Polanco puede hacerse una buena medicina científica.

Luis Ciprés, nombrado colegiado de honor, en el Centro Histórico de la capital turolense.
Luis Ciprés, nombrado colegiado de honor, en el Centro Histórico de la capital turolense.
Jorge Escudero

Es oscense y ha dedicado su vida a la medicina trabajando en el hospital de Teruel. ¿Qué opina de que médicos jóvenes no tengan interés por venir a esta provincia?

Pues que se equivocan. No lo entiendo. En Teruel se puede hacer una buenísima medicina científica y no tengo que demostrarlo. No hay muchas personas en España y Aragón –de mi especialidad, endocrinología, ninguna– que sean investigadores principales de 25 ensayos clínicos y otros 3 en marcha. Si no hago más es porque no tengo tiempo. Y no estoy en un gran hospital de una gran ciudad.


¿Por qué cree que lo hacen?

Cada uno tendrá sus motivos, pero, profesionalmente, en Teruel se puede hacer lo que quieras, si quieres hacerlo, claro. Es verdad que en los sitios pequeños habría que buscar un trato individualizado, favorable, algún aliciente.


Tras 12 años de trámites, aún no han comenzado las obras del nuevo hospital. Ahora dicen que para finales de 2016 o principios de 2017. ¿Se construirá?

¡Hombre, claro! Se hará, es necesario. También digo que hay que entender el momento económico que vivimos. Mientras llega, los profesionales intentamos suplir con nuestro esfuerzo las posibles carencias materiales de infraestructura que pudiera haber.


¿El Obispo Polanco está para resistir, como poco, 7 años más, lo que duran las obras y el equipamiento de un nuevo hospital?

¡Pobre! No sé si tendrá tanta salud. Pero bueno, las piedras lo aguantan todo, igual que el papel. Cuanto antes se haga, mejor, por el bien de la sociedad. Nosotros, los médicos, no queremos grandes infraestructuras para trabajar, solo para dar una atención adecuada.


¿Qué hacer con las listas de espera, que crecen sin freno?

Es muy complicado. La nuestra es una sanidad muy buena y gratuita. Se aplican todos los conocimientos y avances que van saliendo. Se da mucho a todo el mundo y gratis, por eso no tienen solución, por lo menos al 100%. Es la sanidad excelente que tenemos.


¿En la sanidad pública de otros países hay lista de espera?

En otros países, a lo mejor la mitad de una prótesis –por poner un ejemplo– la paga el usuario. Hay que puntualizar que en España hay listas de espera en patologías menores o intermedias. En situaciones graves, en una exploración imprescindible, no hay espera.


Es el segundo colegiado de honor en la historia del Colegio de Médicos de Teruel, institución que data de 1904. ¿Le ha emocionado el nombramiento?

Sí, mucho. Lo agradezco y me parece inmerecido. Ya lo dije en mi discurso. Hay que contar con la colaboración de todos. Fui presidente del Colegio durante 15 años y traté siempre de ejercer el cargo buscando la implicación de todo el mundo, nunca de forma dictatorial.


Doce años como delegado español en el Comité Permanente de Médicos de la Unión Europea. ¿Estamos a la altura de otros países en formación de los médicos?

Sí, claro. Tanto a nivel formativo como asistencial. Los facultativos buscamos el beneficio del paciente por encima de intereses personales y eso es aspirar a la excelencia profesional.


¿Y en número de médicos por habitante?

Aquí hay mayor proporción de facultativos por ciudadanos. No hay pocos médicos en España. Faltan especialistas, que eso es otro tema. Colegiados hay muchos, pero escasean los cardiólogos, los radiólogos y los anestesistas. El problema es una mala planificación de las especialidades y el Estado es quien debe resolverlo.


¿Qué hay de la fuga de médicos a otros países? ¿Realmente viven mejor fuera de España?

Mi experiencia es que no. En España se está y se vive muy bien y muchos de los que se van, en cuanto pueden, vuelven, aunque tengan allí mejores condiciones económicas. El clima, la comida o la sanidad, no son los mismos.


Quienes se van, ¿se sienten atraídos por cantos de sirena?

Podría decirse que sí. No obstante, con respecto al número tan grande de compañeros que terminan la licenciatura, tampoco se van tantos.

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