Piezas centenarias para enseñar ciencias naturales

Animales disecados, aparatos de física o manuscritos forman parte del legado científico y educativo del IES Vega del Turia que se muestra en el Museo de Teruel.

Un quebrantahuesos disecado de dos metros de envergadura de alas vigila desde un pedestal a los visitantes del Museo de Teruel. Es una de las piezas más llamativas de la colección de ciencias del IES Vega del Turia que se puede ver hasta el 17 de julio en la exposición ‘La linterna de Aristóteles’.


Esta es la segunda ocasión en la que el legado científico e histórico del centro docente, compuesto por más de 8.000 entradas, sale de sus vitrinas. La primera fue en 2001. Y lo hace como preludio de las jornadas de institutos históricos de España que tendrá como sede la ciudad de Teruel desde el 30 de este mes al 3 de julio. Un acontecimiento en el que participarán representantes de 30 de los 60 centros más antiguos que hay en el país.


La muestra reúne material de los departamentos de geología, biología, física y química, unos fondos que se han ido recopilando desde hace más de un siglo. Además de animales disecados, se pueden ver vetustos aparatos que se utilizaban para la enseñanza de estas disciplinas. Placas de linterna –los antecesores de las diapositivas– láminas, libros del siglo XVI y archivos de algunos alumnos y profesores ilustres que pasaron por el instituto, como manuscritos de Víctor Pruneda –alcalde de Teruel y una de las principales figuras del republicanismo español decimonónico–. También es posible ver algunas láminas del importante herbario de Francisco Loscos. "La mayoría de los materiales expuestos proceden de 1870, lo que pone de manifiesto el valor histórico de un centro que tiene más de 170 años de vida", explicaba el comisario de la muestra, el profesor Antonio Pérez.


El título de la exposición, ‘La linterna de Aristóteles’, que es como se denomina a los órganos masticadores del erizo de mar, pone de manifiesto la vocación científica del primer instituto que tuvo Teruel. Antonio Pérez señaló que la mayoría de las piezas que permanecen, no sin ciertas estrecheces, en dependencias del centro servían de herramientas docentes. "Cómo si no iban a conocer los alumnos animales en peligro de extinción como los ornitorrincos", subrayaba el profesor haciendo alusión al mamífero subacuático disecado que preside uno de los espacios de la muestra. "Las prácticas taxidermistas serían ahora impensables en ciertas especies, pero entonces no era algo extraño", afirmó.


La colección del Vega del Turia es objeto desde los años noventa de una profunda restauración, pero, debido a su magnitud, se trata de un proceso lento y costoso, al que también contribuyen los propios profesores en sus horas libres. Su contenido suscita el interés de muchos colegios de la provincia.

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