Las aceras más resbaladizas, tratadas para reforzar su rugosidad y prevenir caídas

Los vecinos denuncian que los pavimentos utilizados en numerosas calles de la ciudad no son adecuados para el clima local y propician accidentes por resbalones.

Tratamiento antideslizante aplicado en una zona peatonal de paseo del Óvalo.
Tratamiento antideslizante aplicado en una zona peatonal de paseo del Óvalo.
Antonio García/bykofoto

El Ayuntamiento de Teruel lleva a cabo un plan de fresado de las aceras más resbaladizas de la ciudad para que la superficie sea más rugosa y provoque menos caídas. La actuación municipal afecta a ocho tramos donde se ha detectado peligrosidad a raíz de resbalones.


La dura climatología turolense, con frecuentes nevadas y heladas, acentúa la peligrosidad de las aceras lisas y con desnivel. El problema se repite con lluvias o incluso nieblas densas. La intervención municipal afectó a siete tramos y continuará con otra actuación en la confluencia de las calles Carretera de Alcañiz y Miguel Ibáñez.


La alcaldesa, Emma Buj, explicó que el Ayuntamiento ha decidido intervenir en lugares donde se han detectado concentraciones de caídas "que no pueden obedecer a una simple casualidad" o a raíz de quejas vecinales. También se actúa en puntos donde los servicios técnicos municipales aprecian peligrosidad para los viandantes. Buj señaló que el fresado de aceras permite "con poca inversión" resolver un problema que puede tener "graves consecuencias" para los peatones.


La peligrosidad de algunas aceras construidas con materiales deslizantes impulsó al Ayuntamiento ha realizar una prueba para mejorar la seguridad con pintura antideslizante en un sector de la avenida de Sagunto. Se trata del mismo producto que se emplea, por ejemplo, en los tramos más resbaladizos del recorrido de los encierros de los sanfermines de Pamplona para evitar caídas. La experiencia resultó positiva en cuanto a prevención de resbalones, pero, según la alcaldesa, la pintura aplicada "resultaba muy cara y había que reponerla" con lo que se abandonó como solución definitiva.


De momento el picado de las superficies se ha llevado a cabo en puntos de las calles San Juan Bosco, Santa Bárbara –por partida doble–, Nuestra Señora de la Luz, Río Miño, Miguel Ibáñez y Paseo del Óvalo. Aunque la adherencia mejora sensiblemente, algunos ciudadanos cuestionaron el resultado estético de la operación.


El presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos, Pepe Polo, confirmó que las quejas de los viandantes por la superficie resbaladiza de las aceras son frecuentes. El problema se dispara cuando "llueve o hiela, aunque sea muy levemente". Polo señaló que el pavimento "muy liso" utilizado en numerosas calles y plazas de la ciudad "no se adapta a las condiciones climatológicas de Teruel".


El dirigente vecinal opinó que el tratamiento de repicado de las superficies para que ganen en adherencia y resulten menos deslizantes no debería ser una experiencia puntual sino que debería aplicarse "sistemáticamente" en todos los tramos donde se detecte concentración de caídas.


Un informe fallido


El intendente de la Policía Local, Santiago Hernández, comunicó al concejal delegado de este área, Jesús Fuertes, que no dispone de agentes suficientes para elaborar el estudio sobre el estado de los pasos de cebra de la ciudad aprobado por el pleno a instancias de Ciudadanos.


La notificación, leída por la alcaldesa en la última sesión plenaria, señala que la escasez de agentes impide a la Policía Local abordar un estudio sistemático de todos los pasos de peatones de la ciudad, pero aclara que se interviene cuando existen denuncias concretas o cuando los propios agentes detectan deficiencias.

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