Doce gigantes se pasean por la ciudad en la antesala de la convención de 2017

Las comparsas de Teruel y Ontinyent desfilan en un aperitivo del encuentro regional del Año de los Amantes.

Los gigantes de Ontinyent bailan en la plaza de la Catedral mientras los turolenses esperan a las puertas del Ayuntamiento.
Los gigantes de Ontinyent bailan en la plaza de la Catedral mientras los turolenses esperan a las puertas del Ayuntamiento. jorge escudero
Jorge Escudero

Las calles del Centro Histórico de Teruel se llenaron ayer de gigantes, cabezudos y música de dulzainas con el encuentro de las comparsas de la capital y de Ontinyent (Valencia). El evento constituyó un anticipo del encuentro aragonés de estas manifestaciones folclóricas que el Ayuntamiento proyecta para 2017 en el marco de los actos del ochocientos aniversario de la tradición de Los Amantes. La comitiva festiva estuvo formada por doce gigantes y dieciocho cabezudos, repartidos a partes iguales entre la cuadrilla local y la levantina. Miles de turolenses presenciaron el colorista desfile, que recorrió la principales calles de la ciudad.


La expedición de gigantes y cabezudos de Ontinyent estuvo formada por un centenar de personas, entre porteadores y músicos. Se encargó de exhibir por la ciudad las parejas de reyes cristianos, de musulmanes y de judíos. El presidente de la Associació de Gegants i Cabets –Asociación de Gigantes y Cabezudos–, Xavier Llopis, explicó que las figuras representan "a las tres culturas presentes en la localidad durante la Edad Media".


Tras desfilar por la plaza del Seminario y la calle Yagüe de Salas, el grupo valenciano desembocó en la plaza de la Catedral, donde se reunió con las parejas de gigantes turolenses –los gitanos, los reyes cristianos y los reyes africanos– y los nueve cabezudos que les acompañan. Todos juntos desfilaron por la calle Amantes, la plaza del Torico, la calle de San Juan y plaza de San Juan entre cientos de niños –muchos de ellos sentados en carritos–, padres y abuelos que asistieron a la manifestación festiva. La plaza del Torico, donde el desfile coincidió con un festival de jota, fue escenario de la primera parada para reponer fuerzas.


El presidente de la asociación encargada de portar los gigantes turolenses, Jorge Martín, explicó que el encuentro es la "devolución de la visita" que en 2014 hizo la comparsa turolense a Ontinyent con motivo del encuentro cuatrienal que allí se organiza.


Martín explicó que los colosos de cartón piedra de Teruel figuran entre los más viejos que todavía salen a la calle en España. Tienen un siglo de antigüedad y pesan en torno a 50 kilos. Su principal inconveniente no es, sin embargo, el peso sino su concentración en la zona superior de las figuras, lo que complica su manejo por su inestabilidad.


Los gigantes de Ontinyent se renovaron totalmente en 1992 con fibra de vidrio y aluminio, aunque inspirados en las figuras originales, de 1940. Llopis explicó que las primeras referencias documentales a este ingrediente de las fiestas populares de la localidad se remonta al siglo XVI.


El concejal de Fiestas, Javier Domingo, confió en que para la fecha del patrón de la ciudad, San Fernando, de 2017 se celebre en Teruel el encuentro aragonés de gigantes y cabezudos, que este año tendrá lugar en Borja (Zaragoza) en junio. La convención regional se enmarcará en el Año de los Amantes y servirá de marco al "bautizo" de las nuevas figuras de Diego e Isabel.


La ruidosa y bailonga comitiva desanduvo su recorrido de ida para regresar desde la plaza de San Juan a la del Seminario. El trayecto transcurrió entre paradas para interpretar danzas en las que los gigantes se movían entre majestuosos y torpones en medio de las miradas alucinadas de los niños y al compás de la música de tambores, bombos y gaitas.

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