Utrillas impulsa un parque temático sobre minería para atraer a turistas y fijar población

?Ayer tuvo lugar una jornada de puertas abiertas, con un tren centenario como estrella del complejo.

La locomotora centenaria de vapor 'Hulla', la primera que circuló en Utrillas.
La locomotora centenaria de vapor 'Hulla', la primera que circuló en Utrillas.
Antonio García/Bykofoto

El turismo especializado en minería tiene un nuevo escenario en el parque temático de Utrillas, un complejo que abrirá temporada a partir de abril con aires renovados y unas infraestructuras más consolidadas. Entre otras medidas, se pretenden establecer visitas guiadas y profesionalizar el servicio con la incorporación de dos trabajadoras, así como la apertura permanente de las instalaciones. El objetivo es convertir este enclave en un importante recurso económico para la comarca que permita fijar población.

Ayer tuvo lugar una jornada de puertas abiertas con la pretensión de dar una mayor proyección a este lugar que gira en torno al Pozo de Santa Bárbara, en su día uno de los más modernos.


El parque temático está integrado por una serie de infraestructuras que formaron parte de la actividad minera que se desarrolló durante décadas en la zona, pero la estrella indiscutible es la máquina de vapor ‘Hulla’, una locomotora que, fabricada en 1903, fue la primera que circuló en Utrillas y que se mantuvo operativa hasta 1966. La máquina, cuya misión era transportar el mineral extraído en el pozo hasta el lavadero de carbón, traslada ahora a los turistas en un trazado de kilómetro y medio de recorrido. El Ayuntamiento pretende en un futuro alargar el viaje hasta el Museo Minero, ubicado en el antiguo hospital, a cuatro kilómetros del andén ferroviario, pero el proyecto está pendiente únicamente de concretar la titularidad de unos terrenos por los que debería discurrir la vía, según señaló la concejala de patrimonio Industrial y Turismo, Yolanda Luengo.


El alcalde, Joaquín Moreno, señaló que el parque es un elemento clave "para poner a Utrillas en el mapa turístico", y dijo que un primer paso es "la profesionalización de las infraestructuras, con un horario continuado". Agregó que con objeto de hacer el complejo sostenible, se ha visto la necesidad de establecer a partir de abril entradas a un precio de 6 euros que incluirán, además, el museo de arqueología, un centro ubicado en el antiguo hospital de la empresa MFU.


Joaquín Moreno señaló que el parque es complementario al Museo de Escucha, cuyo principal atractivo es la visita a una auténtica mina subterránea de carbón. "Las infraestructuras de Utrillas tienen un carácter diferente a las de la localidad vecina. Estas van encaminadas a mostrar lo que supuso la revolución industrial en la zona", explicaba Moreno. El alcalde cree que este nuevo recurso supondrá un revulsivo para la localidad. De hecho, ya están al completo las reservas para los recorridos guiados durante Semana Santa, y en el periodo de pruebas en junio del año pasado se registraron hasta 250 visitas cada fin de semana.


En el parque cobra un especial protagonismo el ferrocarril, con la locomotora ‘Hulla’ como principal componente. En el taller de reparación hay otras tres máquinas más: una Deutz de los años 30 y otra, utilizada para efectuar maniobras fabricada en 1958. Hay un tercer tren histórico, de la marca Henschel, fabricado por el ejército alemán en 1918, que está siendo restaurado por la Asociación Zaragozana de Amigos del Ferrocarril y Tranvías, una entidad que está jugando un papel decisivo en la recuperación de las máquinas y del trazado ferroviario.


Un grupo de voluntarios se encargó ayer del manejo de la locomotora ‘Hulla’, cuya puesta a punto necesitó muchas horas de preparación. Adrián Baquero, miembro de la Asociación y maquinista por afición, señaló que cuatro horas antes de empezar a andar hubo que llenar la caldera de la máquina con madera y carbón. "La conducción se realiza de forma similar a cuando transportaba mineral, con los elementos originales", explicaba Baquero, quien agregó que está adaptada para remolcar hasta doce vagonetas cargadas de carbón.


Los visitantes pudieron ver la antigua sala de duchas, con capacidad para albergar hasta 100 mineros al mismo tiempo y con un peculiar sistema de secado de ropa, así como el museo de lámparas mineras, con 1.500 piezas. El recorrido se completó con la réplica de una escuela de los años 50 del siglo pasado y una sala dedicada a los dinosaurios.

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