El desenlace de las Bodas reúne a los actores que fueron Diego e Isabel en ediciones pasadas

Una hora antes del último acto de la escenificación de los Amantes, la plaza de la Catedral estaba abarrotada.

Isabel besa el cadáver de Diego momentos antes de caer fulminada por su amor imposible.
Isabel besa el cadáver de Diego momentos antes de caer fulminada por su amor imposible.
A. G./bykofoto

El cortejo fúnebre que protagonizó la escena final de la representación teatral de los Amantes incorporó ayer, como extras de lujo, a 34 actores que encarnaron a Diego de Marcilla e Isabel de Segura en alguno de los 20 años de celebración de las Bodas de Isabel. La comitiva llegó a las 12.40 a la plaza de la Catedral que, desde una hora antes, estaba totalmente saturada de público al igual que sus bocacalles para presenciar el desenlace de la obra.


Miles de turolenses y visitantes observaron en silencio cómo el séquito que transportaba el cadáver del Amante –interpretado por Juan Manuel Hernández– llegaba al atrio de la catedral. Tras al paso de guerreros, clérigos y pueblo llano, llegó el caballo de Diego de Marcilla sin jinete y el cuerpo sin vida del Amante portado por los templarios. Cerró la comitiva el desfile de los diegos e isabeles formando las mismas parejas que, en su día, protagonizaron alguna de las ediciones pasadas de las Bodas.


Los protagonistas de años anteriores ocuparon un discreto segundo plano en torno a la figura yaciente de Diego de Marcilla, que centró la escenificación. Sus padres y hermanos lloraron amargamente por la prematura muerte de Diego "sin herida alguna", los compañeros de armas del fallecido le rindieron homenaje rompiendo sus lanzas y escudos a los pies del féretro y, finalmente, apareció Isabel de Segura –interpretada por Salomé Abril–. Sumida en el llanto, besó el cadáver de su amado para caer fulminada a continuación. Fue, con la muerte de Diego el pasado sábado, el momento culminante de la representación desarrollada por las calles de Teruel.


Los aplausos entusiastas del público ratificaron la comunión de los turolenses con su leyenda más querida. Mientras, los teléfonos móviles y los palos de ‘selfies’ formaban una capa de minipantallas que no se perdían detalle de lo que acontecía ante la catedral de Santa María de Mediavilla.


El marido de Isabel de Segura, Pedro de Azagra –al que dio vida Ángel Fuertes–, conquistó el agradecimiento del público al pedir que los dos Amantes fueran "enterrados juntos", para que "nadie rompa esta unión". Consciente de que Isabel siempre estuvo enamorada de Diego, admitió que nunca conquistó el corazón de su esposa.


El broche teatral lo puso el "jueza de la villa" Domingo de Celadas –al que encarnó el historiador Vidal Muñoz, cronista oficial de Teruel–, que manifestó su "obligación" de dejar escrita la trágica historia de amor de Diego de Marcilla e Isabel de Segura para que "las futuras generaciones no la olviden".


La comitiva fúnebre –ahora ya con los dos Amantes muertos de amor portados en parihuelas– reanudó el camino por las calles del Centro Histórico de Teruel en medio de multitudes que iban de una plaza a otra para no perderse detalle del cortejo y, si era posible, verlo por duplicado aprovechando el día radiante de sol suaves temperaturas.

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