Las obras de reparación de la única piscina cubierta pública de Teruel, cerrada desde el pasado 20 de enero, empezaron ayer con la retirada del falso techo, que amenaza con derrumbarse. Los operarios de la empresa de mantenimiento del Ayuntamiento desmontaron las placas de escayola para comprobar el alcance de los daños en la cubierta, que podrían obligar a sustituir la estructura metálica debido a su antigüedad y al deterioro provocado por la humedad.

Los trabajos de reposición del techo se prolongarán durante unos tres meses y costarán en torno a 135.000 euros, según una primera estimación. El concejal delegado de Deportes, Javier Domingo, aclaró que el coste y alcance de la reparación no se conocerán con precisión hasta la comprobación del estado de conservación de la cubierta. Como labor previa, un grupo de trabajadores se dedicó a retirar con una grúa las planchas para dejar al descubierto las vigas del techo. Para acceder con la maquinara al interior del edificio, tuvieron que abrir un boquete en uno de los muros laterales.

El cierre de las instalaciones de baño climatizadas ha dejado sin servicio a los numerosos usuarios de la instalación, que, de momento, carecen de una oferta alternativa. Durante la última temporada, 1.500 personas utilizaron la piscina cubierta, en la mayoría de casos para practicar deporte pero también por prescripción médica.

El Ayuntamiento mantiene contactos con la Comandancia de la Guardia Civil y con el Ayuntamiento de Cella para conseguir el uso compartido de sus respectivas piscinas de invierno. Los convenios para la utilización a tiempo parcial de ambas instalaciones se podrían firmar durante la próxima semana.

La reposición de la cubierta podría demorarse más de lo previsto si los daños afectan a la estructura del tejado. Ante el riesgo de desprendimiento de las placas del falso techo, el Ayuntamiento ordenó el cierre por seguridad. Las primeras comprobaciones detectaron el deterioro generalizado de las sujeciones metálicas de las placas de escayola, que amenazaban con desplomarse.

Javier Domingo explicó que, si hay que sustituir las vigas, la reparación se alargará durante más tiempo porque el trámite administrativo será complejo. Aunque las obras se ejecutarán por el procedimiento de emergencia, los usuarios han manifestado su malestar por la supresión de la noche a la mañana de un servicio básico y sin alternativas.

Domingo explicó que la firma de los convenios con el Ayuntamiento de Cella y con la Comandancia de la Guardia Civil está a expensas de informes jurídicos que especifiquen la mejor fórmula para el uso compartido de las respectivas piscinas. En principio, los clubes de natación utilizarán la piscina de Cella, que estará disponible los lunes por la tarde, mientras que el resto de bañistas podrá usar las instalaciones de la Guardia Civil durante las mañanas.

El concejal de Deportes explicó que el Ayuntamiento aportará los trabajadores necesarios para el funcionamiento de las piscinas alternativas y tendrá que asumir los gastos de funcionamiento correspondientes.

El precipitado cierre de la piscina climatizada, que forma parte del complejo deportivo de Pinilla, ha desatado críticas entre los bañistas. El portavoz de un club de natación afirmó que el parón en la actividad perjudicará "económica y deportivamente" a los clubes, que ya dan por perdida la temporada.

La misma fuente añadió que la solución de derivar a las asociaciones de natación a Cella es precaria porque, en el caso de los nadadores más pequeños, los padres se verán obligados a asumir el transporte hasta la localidad vecina. A juicio del deportista, previsiblemente, se producirán muchas bajas de socios y es muy posible que los clubes suspendan la actividad durante los tres meses que, en principio, durará la reparación.