- ¿Qué va a cambiar en el Ayuntamiento con usted en la alcaldía?

- De momento, hasta el pleno de investidura, seguiré como primera teniente de alcalde. Aunque cada uno tenemos nuestra propia personalidad, cuando asuma la alcaldía no habrá cambios en la política municipal porque el PP gobierna como un partido, con un equipo de personas y con un plan de trabajo para desarrollar un programa electoral y atender el día a día de la ciudad.

- La sustitución de Manuel Blasco es fruto de una operación planificada desde la confección de la lista electoral al situarla a usted en segundo lugar como relevo natural para la alcaldía.

- El relevo no estuvo planificado desde la formación de la lista municipal, aunque siempre existe la posibilidad de que se den circunstancias sobrevenidas que obliguen a efectuar cambios. Es cierto que se habló de la posibilidad de que Manuel Blasco encabezara la lista al Congreso, pero el relevo llega por el desarrollo normal de las circunstancias.

- ¿Los votantes populares pueden sentirse defraudados al haber elegido a un alcalde que les deja en la estacada a los siete meses de tomar posesión?

- Los votantes del PP ya se han pronunciado al respecto. Manuel Blasco dijo desde el principio que si era elegido diputado quería dejar la alcaldía para centrarse en el escaño del Congreso. Dijo la verdad y su decisión fue refrendada con la clara victoria del PP en las pasadas elecciones generales en la capital.

- ¿Por qué se ha empeñado en compatibilizar la alcaldía con el cargo de diputada provincial, a pesar de que esta elección puso en peligro el acuerdo con Ciudadanos para su investidura como alcaldesa?

- Desde hace décadas, Teruel crece en gran parte a costa de la población que llega de los pueblos del entorno y sería bueno invertir esta tendencia para que la ciudad se convierta en el motor de los municipios de su zona de influencia. La capital no puede permanecer ajena a los problemas de la provincia, y creo que es bueno trabajar juntos desde la Diputación para asentar población.