La vida monacal del siglo XIII inspira el vestuario ganador del concurso de Las Bodas

Los trajes, elaborados por una joven de Valladolid, serán llevados por los actores de la recreación. El cartel que anunciará la fiesta medieval es obra de una turolense.

Begoña Villamón, autora del cartel que anunciará la fiesta medieval, posa con su obra.
Begoña Villamón, autora del cartel que anunciará la fiesta medieval, posa con su obra.
Javier Escriche

Algunos de los ropajes que lucirán los personajes de la recreación de la leyenda de los Amantes los próximos días 18 al 21 de febrero ya pudieron verse ayer por la plaza de la Catedral de Teruel. Un grupo de actores de esta representación teatral callejera que cada invierno triplica la población de la ciudad se puso el vestuario ganador del concurso de las Bodas de Isabel de Segura –como se denomina a esta multitudinaria fiesta– y se dejó fotografiar, anunciando que la celebración está a la vuelta de la esquina.


La autora del conjunto de indumentaria que se ha llevado el premio en esta XX edición de Las Bodas de Isabel es María del Carmen Casero, una joven vallisoletana que gana el concurso por tercera vez consecutiva y que confiesa que, al margen de su trabajo en el sector de la hostelería, su mayor afición es confeccionar prendas medievales para recreaciones históricas. Dos semanas le llevó coser los cinco trajes con los que ha participado en el certamen: uno de obispo, dos de monjes caballeros, uno de monja y otro de fraile, todos ellos vinculados a las órdenes de la Merced de Redención de Cautivos y de Santiago.


El jurado valoró la intensa labor de investigación histórica que respalda el trabajo de María del Carmen Casero. Tras cada uno de los atuendos medievales presentados, inspirados en la vida monacal y militar del siglo XIII –donde se sitúa la trágica leyenda de Isabel y Diego–, hay un personaje que existió en la realidad. Destaca el del obispo de Jaén –aunque nacido en Zaragoza– Pedro Pascal, un religioso que, capturado por el ejército musulmán, cedió sucesivamente su rescate por compañeros mercedarios a otros cautivos hasta morir decapitado.


"Los trajes premiados son una maravilla en su ejecución y muy sugerentes, además de ofrecer muchas connotaciones que pueden relacionarse con la historia de los Amantes", afirmó la gerente de la Fundación Bodas de Isabel, Raquel Esteban. De hecho, los organizadores de la recreación ya barajan la posibilidad de incorporar alguna escena que justifique la desaparición durante 5 años del protagonista masculino, Diego de Marcilla, por su cautiverio en el sur de Francia y de cómo pudo ser rescatado por monjes caballeros de la Orden de la Merced, vinculada históricamente al monasterio del Olivar, en la localidad turolense de Estercuel.

Historia de un beso

La Fundación Bodas de Isabel entregó también el premio a la autora del cartel que anunciará la fiesta medieval. Se trata de Begoña Villamón, una turolense que trabaja en una empresa de diseño gráfico y que compitió con otros 26 aspirantes procedentes de Teruel, de otros puntos de España e incluso de fuera del país. Tal diversidad en el origen de los participantes pone de manifiesto, a juicio de la organización, la creciente repercusión que está teniendo tanto la recreación teatral como las actividades de la Fundación, entre las que destacan el Congreso Internacional de Fiestas Históricas o el Proyecto Europa Enamorada.


El cartel de la XX edición de Las Bodas de Isabel, titulado ‘La historia de un beso’, contiene los principales símbolos de la tragedia amorosa más famosa de Teruel: un corazón roto, una espada, un pergamino, las manos de los dos amantes y sus rostros besándose. "Me he alegrado mucho por haber sido elegida", confesó Begoña Villamón. "Mi mayor ilusión ahora –continuó– es ver reproducido mi cartel por todas las calles de Teruel".

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