Las obras de restauración de la catedral se reanudan tras un parón de 9 años

El IAF ha comunicado al Obispado la aportación de 1,6 millones de euros del FITE.

Las fachadas, como la orientada a la plaza de la Marquesa, están muy deterioradas.
Las fachadas, como la orientada a la plaza de la Marquesa, están muy deterioradas.
A. García/bykofoto

La restauración integral de la catedral de Teruel, estancada en plena época de recesión económica, se reiniciará este mismo año, después de haber confirmado el Instituto Aragonés de Fomento (IAF) la disponibilidad de 1,6 millones de euros para afrontar una nueva fase de obras. La noticia ha sido recibida con satisfacción por el Obispado, ya que los nueve años de paralización que ha sufrido el proyecto han intensificado el grado de deterioro del templo.


La intervención se centrará en las fachadas y en parte de la cubierta, elementos que desde mediados del siglo pasado no habían sido objeto de reforma alguna.


La notificación, no obstante, también ha provocado una cierta inquietud, ya que la inversión debería estar ejecutada y justificada antes del mes de junio, según los plazos previstos por la reciente reforma del Fondo de Inversiones de Teruel, FITE, de donde procede la cuantía prevista para financiar la obra. La subvención corresponde al Fondo de 2015, pero, a causa de los retrasos que arrastra esta herramienta financiera, la confirmación de la partida por parte del IAF –institución que gestiona el FITE, aportado a partes iguales por las administraciones central y autonómica– no se ha producido hasta el pasado lunes.


El arquitecto redactor del plan director de la catedral turolense, Joaquín Andrés, considera "imposible" realizar los trabajos en cuatro meses "ni dedicando las 24 horas del día". Confía en que las instituciones "entenderán como razonable una prórroga de la actuación hasta finales de año, que habrá que solicitar previamente al IAF".


Según sus estimaciones, la intervención en 1.500 metros cuadrados de fachadas y en parte de la cubierta pendiente de la fase anterior se puede alargar hasta el mes de septiembre, si los trámites administrativos se cumplen sin contratiempos. Dijo que los muros se encuentran en un estado "deplorable". Andrés espera que este mismo mes pueda contar con la licencia municipal de obras, que ya está solicitada en el Ayuntamiento, así como la autorización por parte de la Comisión Provincial de Patrimonio.

La parte más visible

El arquitecto sostiene que esta nueva fase de obras será "la más visible" para los ciudadanos, y agregó que al igual que la actuación acometida en el cimborrio y la cubierta de las naves central y laterales –el proyecto anterior–, el criterio a seguir consistirá en permitir "una lectura de las distintas épocas de la catedral". Puntualizó que cada fachada "tendrá un tratamiento específico".


Los muros externos, muy deteriorados como se puede apreciar a simple vista, fueron objeto junto al resto del templo, de diferentes reformas a lo largo de la historia. Desde sus orígenes románicos, en el siglo XII, la catedral ha sido sometida a numerosas obras, las más importantes de las cuales se podían situar en el siglo XVIII y tras la Guerra Civil española, en una profunda actuación llevada a cabo por la Dirección General de Regiones Devastadas. Esta última es la que, a juicio de Joaquín Andrés, limitará en mayor medida el proyecto actual.


Para completar la reforma exterior del más importante edificio religioso, el Obispado ha recurrido en estos últimos años a diversas instituciones, entre ellas el denominado Plan de Catedrales impulsado por el Ministerio de Cultura. Igualmente, se solicitó su inclusión en el programa del 1% que Fomento destinaba entonces a la conservación del patrimonio histórico español. Pero ninguna de estas iniciativas tuvo respuesta a causa de los recortes presupuestarios sufridos por los organismos en época de crisis.

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