La Escuela de Hostelería desarrollará alimentos del futuro

Firma un convenio de colaboración con la empresa de un antiguo alumno que ha patentado huevos fritos congelados.

El creador del huevo congelado, Javier Yzuel, muestra su producto en la Escuela de Hostelería.
El creador del huevo congelado, Javier Yzuel, muestra su producto en la Escuela de Hostelería.
L. F.

La Escuela de Hostelería de Teruel, cuyos estudios en la actualidad se han reorientado a través de un Instituto de Formación Profesional Específica (IFPE), contará con una área dedicada a la investigación de productos alimentarios. El centro firmó ayer un convenio de colaboración con Food Style S.L., una innovadora empresa, cuyo producto estrella es el huevo frito congelado, una patente mundial de Javier Yzuel que fue alumno de la Escuela de Hostelería de Teruel. Pretende que el centro desarrolle algunos de sus productos antes de proceder a su comercialización.


La iniciativa contará con el apoyo del Departamento de Educación del Gobierno de Aragón, según manifestó ayer la consejera Mayte Pérez, quien también estuvo presente en el acto. Y agregó que esta nueva línea de trabajo que se ofrecerá en el Instituto turolense entronca "con la estrategia de innovación que se quiere potenciar desde el Departamento". En el trabajo participarán grupos de cinco o seis alumnos de grado superior, que podrán acceder, además, a una beca para realizar prácticas durante seis meses en la fábrica que Yzuel ha abierto en Vitoria.


Los estudiantes tendrán la oportunidad de experimentar con algunos de sus productos que están en las últimas fases de investigación, como el filete congelado en fresco con proteína de soja, garbanzo y arroz. Asimismo, podrán desarrollar otras ideas innovadoras de Javier Yzuel. Este es el caso del que será el primer huevo cocinado liofilizado que salga al mercado, un producto en cuya elaboración ha participado la Universidad de Sevilla. El empresario pronostica que este preparado, que permite su conservación al vacío durante diez años, formará parte de la alimentación humana del futuro, con fórmulas que, a su juicio, posibilitan su consumo "en viajes espaciales".


El convenio arranca para el director del centro, Manuel Marqués, "de forma modesta", pero el empresario añadió que espera que sea el germen "de una pequeña cocina de I+D+I gestionada por la Escuela". Considera que es una forma de trasladar a los alumnos las múltiples posibilidades que se abren en materia de gastronomía y "los recursos que se plantean en el campo de la innovación y el desarrollo".


Como ejemplo de las alternativas laborales, citó su empresa que inició su andadura con la comercialización del huevo frito congelado, una idea que, según destacó el empresario, nació en 1997, cuando estudiaba en la Escuela de Hostelería de Teruel. Fue un proceso largo y complejo que fructificó en 2013. Ahora, este huevo, destinado a la industria alimentaria, se distribuye en Inglaterra, Italia y Holanda, y desde la semana pasada dispone del sistema de homologación para poder exportar a Estados Unidos. En estos momentos produce 29.880 huevos al día y emplea a 15 trabajadores.

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