Cerca de 3.000 personas reclaman en la calle la modernización de la línea ferroviaria de Teruel

La protesta une a alcaldes de Aragón y Valencia y logra el consenso político y social. También exigen la ejecución del eje entre el Cantábrico y el Mediterráneo.

La marcha, que en algunas calles alcanzó casi un kilómetro de longitud, denunció la falta de inversiones en la provincia.
La marcha, que en algunas calles alcanzó casi un kilómetro de longitud, denunció la falta de inversiones en la provincia.
antonio garcía/bykofoto

Cerca de tres mil personas salieron ayer a la calle en la capital turolense para reclamar la mejora urgente de la línea de ferrocarril que une Zaragoza con Teruel y Valencia, sumida en un estado tan deplorable que en varios puntos los trenes no pueden ir a más de 20 o 30 kilómetros por hora de velocidad por el deterioro de los terraplenes. La protesta tuvo un segundo objetivo, que fue reivindicar la ejecución del corredor de altas prestaciones Cantábrico-Mediterráneo, prometido por el Gobierno central para compensar la falta de un AVE, pero nunca realizado.


Una multitudinaria manifestación que desafió al repentino mal tiempo instalado en la ciudad desde primeras horas de la mañana salió de la plaza del Ayuntamiento pasada la una de la tarde y empezó a recorrer algunas calles del Casco Histórico acompañada por la música tradicional aragonesa que interpretó el grupo turolense Alarifes y precedida por un grupo de niños que llevaban un tren de cartón.


La marcha iba encabezada por los alcaldes de Teruel, Zaragoza, Huesca y Sagunto -Manuel Blasco (PP), Pedro Santisteve (ZEC), Luis Felipe (PSOE) y Quico Fernández (Compromís), así como por el consejero de Vertebración de la DGA, José Luis Soro, y representantes institucionales de los Gobiernos de Aragón, La Rioja y Valencia. Todos ellos, junto a miembros de las 4 plataformas convocantes –Teruel Existe, Plataforma en Defensa del Ferrocarril Turolense, Serranía Celtibérica y Federación de Asociaciones Vecinales de Teruel– sujetaban una gran pancarta en la que podía leerse ‘Unidos en defensa del ferrocarril de Teruel’.


Tras ellos, políticos de los partidos PP, PSOE, PAR, CHA, Ciudadanos y Podemos, junto a presidentes comarcales, llevaban otra pancarta con el lema ‘Cantábrico-Mediterráneo, ya’. Agentes sociales y económicos, entre ellos sindicatos, cámaras de comercio y empresarios portaban un tercer cartel con el mensaje: ‘El viejo corredor se muere; el nuevo no puede esperar’.


También los ciudadanos llevaron pancartas, la mayoría de ellas denunciando la ausencia de inversiones estatales que padece desde hace décadas la provincia y protestando por el mal estado del tren. Una de ellas decía: ‘Provincia declarada de abandono nacional’ y otra ‘Por un ferrocarril digno y seguro’.


En torno a las 14.00, la marcha llegó a la estación de tren, donde se leyó un manifiesto que incidió en el valor del ferrocarril como elemento para el desarrollo de la provincia. El texto destacaba la desigualdad económica entre los territorios de interior, por un lado, y Madrid y zonas costeras, por otro. Y achacaba esta diferencia a la "prioridad" que la Administración central ha dado "siempre" a las comunicaciones radiales desde la capital española, "abandonando las vías transversales".Más lento que en 1901

El comunicado fue leído de forma teatralizada por los turolenses Covi Galeote y Luis Caballer, quienes vestidos a la usanza del año 1901, fecha en la que llegó a Teruel el primer tren, representaron a un matrimonio de los felices años veinte que al atravesar el túnel del tiempo aparece en el Teruel del siglo XXI y se sorprende por la lentitud del tren. "¿Cómo puede ir una máquina a 20 kilómetros por hora?; en 1901 iba a 60", dijo ella.


El manifiesto aludió al "goteo de promesas nunca cumplidas" por parte de la Administración central en torno a la modernización del tren. "El ferrocarril en Teruel se ha abandonado. Incluso se han cerrado algunas líneas, como la de Caminreal, por decisión gubernamental, que no por falta de tráfico", denunciaba el texto.


En la protesta se pidió la electrificación de la línea y el inicio de las obras del Cantábrico-Mediterráneo, cuyo valor estratégico, al

unir siete comunidades autónomas –País Vasco, Navarra, La Rioja, Aragón, Valencia, Castilla-La Mancha y Murcia–, está fuera de duda. La protesta acabó con una cadena humana que rodeó la estación mientras sonaba el Himno a la Libertad de José Antonio Labordeta y el Himno de Teruel de la Ronda de Boltaña, canciones que corearon los asistentes.


La manifestación logró el mayor consenso político y social que se recuerda en Teruel, al haber unido a todos los partidos, a representantes gubernamentales de Aragón y Valencia y a un total de 14 sindicatos y colectivos sociales. El portavoz de la Plataforma en Defensa del Ferrocarril, Ramón Perales, no ocultó su "satisfacción" por el resultado de la convocatoria. "La gente ha respondido pese al mal tiempo y ha habido un gran respaldo político, institucional y empresarial", dijo.

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