​Una cápsula del tiempo en Calamocha

Los manuscritos hallados en la talla de San Roque han despertado el interés de los vecinos.

Cuando los restauradores de la Fundación Santa María de Albarracín se pusieron manos a la obra para salvar el baldaquino de la iglesia de Calamocha, lo último que se esperaban era dar con el hallazgo de una cápsula del tiempo oculta desde hace más de 200 años.


La intervención en la parroquia de Santa María la Mayor era imprescindible para evitar el derrumbe del templete barroco, una pieza única en la provincia cuyo estado hacía temer un desplome en cualquier momento. Uno de los mayores peligros lo ocasionaba una talla de San Roque de unos dos metros de altura. Tal y como informó HERALDO esta semana, los desplazamientos detectados habían provocado que la escultura quedase colgando de la bóveda del templo y se separase de su plataforma, situada en el remate del templete. La separación de las dos piezas dejó a la vista una cavidad en la que los restauradores detectaron la presencia de un pequeño objeto.


"El restaurador metió la mano y sacó una caja de hojalata, parecida a la de los quesitos", informa Julio Marín, el párroco de la localidad. Al abrir la caja aparecieron dos manuscritos redactados hacia 1769 por el entonces alcalde de Calamocha, Juan Antonio Valero. Los documentos están dirigidos a los futuros vecinos de la localidad y en ellos se detallan las actuaciones realizadas en la iglesia entre 1739 y 1769, las fechas, los costes y el nombre de los autores de cada una de ellas.


El documento ha despertado la curiosidad de los vecinos de la zona y el párroco confirma que han sido muchas las personas que se han acercado hasta la iglesia para intentar echar un vistazo al hallazgo. De momento, los manuscritos están en manos de la Fundación Santa María de Albarracín y desde la parroquia informan que serán restaurados y después se custodiarán en el archivo parroquial.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión