Oliete pide ayuda ante la proliferación de gatos abandonados

El problema se repite en la capital, donde existen nueve colonias dispersas.

Una voluntaria de Proyecto Gato, en el barrio de San Julián.
Una voluntaria de Proyecto Gato, en el barrio de San Julián.
A. G./B.

El Ayuntamiento de Oliete recaba el apoyo de la protectora de animales Proyecto Gato para controlar la numerosa colonia de felinos que puebla algunas zonas del casco urbano y que ha generado quejas vecinales. Y no es el único caso en que poblaciones de la provincia tienen problemas por la proliferación descontrolada de estos animales. El Consistorio de Castellote acaba de acordar, a instancias del Justicia de Aragón, contratar una empresa especializada para reducir la población de gatos en la pedanía de Luco de Bordón, cuyos vecinos presentaron una queja por la desproporcionada presencia felina en las calles.


Proyecto Gato, una asociación dedicada al cuidado de estas mascotas, también lleva a cabo actuaciones de control de población o las acometerá a corto plazo en Manzanera, Albarracín, Nogueruelas, Mora de Rubielos, Utrillas y Rubielos de Mora. La presidenta de la protectora, María Victoria Giménez, reconoció que este problema "se ha puesto sobre la mesa".


El PSOE propuso en el último pleno de la Diputación Provincial que el servicio de recogida de perros que ofrece la institución se ampliara también a los gatos y el concejal delegado de Medio Ambiente del Ayuntamiento de la capital, Julio Esteban, acaba de iniciar el trámite de una ordenanza de mascotas con la atención a los gatos como prioridad.


El alcalde de Oliete, Ramiro Alfonso, explicó que en torno al barrio de Santa Bárbara la presencia de felinos se ha disparado, lo que ha desatado las quejas vecinales por "suciedad, malos olores y presencia de pulgas". Alfonso consideró necesario "actuar" a corto plazo. Contactó con el grupo socialista en la DPT para que le informase de posibles subvenciones, pero estas no existen actualmente en la Diputación. Proyecto Gato presentó un proyecto para afrontar la situación con un coste que oscila entre 3.161 y 4.393 euros. El alcalde adelantó que en la primera mitad de 2016 se actuará con o sin ayudas. El censo realizado por voluntarios de la oenegé arrojó una cifra de 30 animales abandonados, aunque reconocen que el número "podría ser mayor".


La acción de Proyecto Gato se basa en la estrategia de "capturar, esterilizar y soltar", (CES). En la capital la ha aplicado a 186 ejemplares, que se disparan por encima de 300 si se incluye toda la provincia. El objetivo es una actuación que frene la proliferación de gatos de forma incruenta y eficaz. Antes de devolver a los animales a su medio natural, son vacunados y desparasitados, pero la organización advierte de que su presencia es necesaria para mantener a raya a otros animales.


El problema es especialmente grave en Teruel capital, con nueve colonias dispersas por el casco urbano, en las que Proyecto Gato interviene actualmente o ha actuado ya: las laderas de San Julián, el parque de San Antón, el entorno de la cárcel, la calle de Los Molinos, el callejón del Gato, la plaza de Santa Teresa y los alrededores de la residencia Javalambre. La última intervención se acometió en el entorno de una gran superficie. El principal reto a corto plazo es afrontar la presencia de estos animales en la plaza de la Marquesa, una de las más céntricas de la ciudad.

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