La Asociación de Transportistas denuncia falta de conservación en la A-23 a su paso por el Jiloca

La Asociación de Transportistas de Teruel ha puesto de relieve que los tramos de la autovía Mudéjar o A-23 que recorren la comarca del Jiloca están muy deteriorados. A juicio de esta organización, sería necesaria una inversión que permitiera, al menos, mejorar el firme de esta carretera que resulta vital para el desarrollo de la provincia.

La calzada de la A-23 entre la capital turolense y Calamocha presenta un buen número de grietas que el Ministerio de Fomento ha ido parcheando para evitar que el agua penetre por ellas provocando un mayor envejecimiento del firme. El aspecto de la capa de rodadura, en algunos puntos, es el de un mosaico.

El presidente de la Asociación de Transportistas de Teruel, César Soriano, atribuyó el estado de la calzada de la autovía A-23 –también conocida como Mudéjar– a "un problema de mantenimiento por falta de dinero en las Administraciones" y advirtió de que, "si no se extiende una nueva capa de asfalto, el problema irá a más y, al final, todo será más complicado".

Según Soriano, el deterioro del firme de la A-23 repercute negativamente en la conducción. "Llevar un camión por esos tramos es incómodo e inseguro y supone para los transportistas un mayor consumo de combustible, ya que el rozamiento de los elementos mecánicos del vehículo con el suelo es menor".

El representante de los chóferes turolenses agregó que el estado de la calzada de la autovía añade "cansancio" a los conductores, "y hace que los vehículos se estropeen más". En opinión de Soriano, hace tiempo que en la autovía entre Teruel y Calamocha debería haberse aplicado una nueva capa de asfalto. "Fueron los primeros tramos que se hicieron de todo el eje Zaragoza-Sagunto y hay algunos que tienen más de diez años de antigüedad", subrayó.

No obstante, la Asociación de Transportistas considera que el problema no se ciñe a la autovía Mudéjar sino que se extiende a otras carreteras de la provincia también esenciales para la actividad económica de Teruel. César Soriano se refirió a la Nacional 420 que une Teruel con Alcañiz, a la N-211 que va de Caminreal a Montalbán, y a la N-330 que comunica Teruel con la vecina provincia de Cuenca, si bien en esta última el escollo es el trazado.

"En todas ellas hay un problema de mantenimiento espectacular que debería ser solucionado cuanto antes, porque está provocando la degradación de la carretera", manifestó. "Sin embargo –continuó– mucho nos tememos que la falta de fondos retrase las actuaciones". Los transportistas mantienen reuniones periódicas con técnicos del Ministerio de Fomento en las que exponen los problemas de las infraestructuras de comunicación que, a su juicio, deberían resolverse. "La última vez nos dijeron que no había dinero", explica César Soriano."El estado es el adecuado"

Sin embargo, fuentes oficiales del Ministerio de Fomento señalaron que el estado del firme en los tramos que mencionan los transportistas turolenses "es el adecuado". Estas fuentes explican que entre 2014 y 2015 se ha actuado en diversos puntos de la zona del Jiloca y afirman que tanto la N-420, como la N-211 "se encuentran en buen estado". Agregaron que en la A-23 se actuó recientemente –en 2014 y 2015– en varios tramos entre el límite provincial de Castellón y Sarrión y entre Sarrión y Teruel, si bien la queja de los chóferes se refiere a la zona del Jiloca.

Fomento concreta que el pasado 9 de octubre finalizaron las obras de rehabilitación del firme entre Sarrión y el Puerto de Escandón, con un presupuesto de 3,4 millones de euros. Añade que, actualmente, se está redactando el proyecto de mejora del firme entre Teruel Sur y Teruel Norte.