La localidad turolense de Ráfales celebrará este fin de semana, días 7 y 8 de noviembre, la XXI edición de la Feria de Recursos Naturales y Medio Ambiente.

Este certamen tradicional se organiza en honor a San Martín y constituye un atractivo turístico en el que destaca la destilación pública de aguardiente en un gran alambique de cobre. Asimismo, tendrá lugar una mesa redonda sobre variedades de almendra y una asamblea de agricultores ecológicos, además de una exhibición de calabazas.

El evento se desarrolla en la plaza, ante el Ayuntamiento, y uno de sus actos principales es la elaboración de aguardiente a partir del vino. Una práctica tradicional en la zona que surgió a finales del siglo XVII cuando se produjo un cambio de cultivos y especialización en viñas en Cataluña.

La extensión de formas tradicionales de producción de aguardiente se vio favorecida por la apertura de los puertos de América a las exportaciones de este destilado desde Cataluña. Desde allí se expandió el cultivo de viñas para producir aguardiente a buena parte de Aragón, ya que la reducción de volumen del aguardiente respecto al vino favoreció el transporte.

La elaboración de aguardiente también aumentó por el incremento de producción de cobre, notable en amplias zonas de Aragón y la creación de nuevas formas de alambiques.

Las zonas aragonesas más orientales también producían importantes cantidades de aguardiente que se exportaban a través de Cataluña e incluso hubo fábricas de aguardiente en áreas tan alejadas como Mainar.

Era, además, una forma de rentabilizar el cultivo de la vid porque el vino elaborado en amplias zonas de Aragón no era de buena calidad y, como ocurría en Teruel, en el siglo XVIII el vino joven no aguantaba hasta la siguiente cosecha sin avinagrarse.

En esa época aumentó sensiblemente la producción vitivinícola en el corregimiento de Cariñena, vinos que se llevaban fuera de Aragón porque en la ciudad de Zaragoza, gran productora, el mercado se cerraba para consumir el de sus propias viñas.