Los vecinos de Calamocha estuvieron bebiendo durante meses agua sin desinfectar

Los niveles de sulfatos duplican los recomendados y los depósitos y tuberías llevaban años sin limpiar

Depósito de agua de Collados, pedanía de Calamocha
Los vecinos de Calamocha estuvieron bebiendo durante meses agua sin desinfectar
Imagen de archivo

Los destrozos causados por las tormentas de este verano en las redes de abastecimiento de agua del entorno de Calamocha han sacado a la luz "graves deficiencias" en el mantenimiento de los depósitos y las tuberías de la capital comarcal y sus once pedanías.


Los análisis y las visitas técnicas realizadas tras las inundaciones revelaron que los doce núcleos de población tenían desde hace años un "grave problema con la calidad del agua", según ha denunciado el actual alcalde, Manuel Rando, y confirmado el Instituto Aragonés del Agua. 


Tras las riadas se detectaron niveles preocupantes de varias bacterias (e-coli, coliformes y enterococos) en las zonas de captación de agua y en depósitos que llevaban un mínimo de ocho años sin limpiar ni desinfectar, aunque todo apunta a que la dejadez viene de más lejos. "El estado en el que estaban esos depósitos era vergonzoso, daba verdadero asco y de momento no he encontrado ninguna factura que ponga de manifiesto que se hayan limpiado alguna vez".

Las cloradoras no funcionaban

El alcalde ha revelado ahora que unos análisis previos a las riadas notificaron que las cloradoras de varias pedanías, e incluso de Calamocha, llevaban meses sin funcionar. Como consecuencia, miles de vecinos estuvieron bebiendo sin saberlo agua sin desinfectar. Al mismo tiempo, los habitantes de otro de los barrios de Calamocha bebían agua con niveles de cloro siete veces superiores a los recomendados.

El doble de sulfatos

Esos mismos análisis sirvieron para dar a conocer al alcalde que el nivel de sulfatos en el agua de boca de Calamocha y de dos de sus pedanías duplicaba, y todavía duplica a día de hoy, el recomendado por la normativa estatal que fija los criterios sanitarios de la calidad del agua de consumo humano (250 mg/l).


Los sulfatos tienen un efecto laxante y su exceso en el agua puede provocar diarreas. Con el tiempo, el cuerpo se acostumbra y los síntomas desaparecen aunque puede resultar peligroso para los bebés y los ancianos. Manuel Rando asegura que tres de sus familiares sufrieron episodios gastrointestinales nada agradables durante el verano. "Entonces lo achacamos a un virus pero ahora nunca sabremos si fue por los sulfatos". Desde el Instituto Aragonés del Agua confirman que, en efecto, Calamocha tiene "problemas de sulfatos desde hace muchos años" pero que es ahora cuando el alcalde ha trasladado al organismo su preocupación al respecto: "El IAA es sensible a las preocupaciones de los ayuntamientos y se van a estudiar posibles soluciones técnicas", han informado.

Grandes inversiones

Tras las riadas, las pedanías de Calamocha se declararon zona de emergencia y se precipitaron las actuaciones para revertir la "situación de dejadez que ha reinado durante años". Entre ellas, el Instituto Aragonés del Agua publicó esta semana la formalización de un contrato de casi 129.000 euros con la empresa Ruperte S.L. para reparar el abastecimiento de agua a los pueblos pedáneos de Calamocha.


El alcalde explica que esa actuación se concreta en la limpieza y desinfección de las zonas de captación de Cuencabuena, Lechago, Cutanda, Nueros, Olalla, Collados y Valverde. El Ayuntamiento, por su parte, limpiará los depósitos de las otras poblaciones, cuya zona de captación no se vio afectada por las riadas pero está también en "muy mal estado". El Consistorio financiará también la instalación de filtros en Lechago y Olalla y ha solicitado fondos al FITE para financiar filtros similares en Cuencabuena, Cutanda, Nueros, Collados y Valverde.


"Si nos lo conceden daríamos por solucionado el problema del agua en los siete barrios pedáneos afectados por las riadas, pero nos quedan Navarrete del Río, Luco de Jiloca y Calamocha, donde se han detectado los sulfatos", puntualiza Rando.


Para solucionar ese otro problema, el Ayuntamiento sopesa la opción recomendada por los técnicos del Instituto Aragonés del Agua, la implantación de un sistema de limpieza por osmosis. "El agua resultante sería mejor que la del agua embotellada pero estamos estudiándolo porque implicaría una inversión muy importante y habría que incrementar el precio que pagan los vecinos".

Toda una vida bebiendo agua sin clorar

Por otro lado, a raíz de las inspecciones de los últimos meses, el Consistorio detectó que varias casas de Olalla llevaban más de 20 años recibiendo en sus casas, sin saberlo, agua que procedía directamente de un punto de captación en muy mal estado y que no pasaba en ningún momento por las cloradoras. La solución de este problema pasa por ejecutar 300 metros de tuberías.


El último de los quebraderos de cabeza del nuevo alcalde de Calamocha con el agua radica en Cutanda. Allí las inspecciones detectaron que llevaba años filtrándose agua que no afloraba y que estaba dañando la cimentación de otras cinco casas. El Ayuntamiento está cargando con los gastos de reparación, que de momento ascienden a los 235.000 euros.


Para evitar que todos estos problemas se repitan, el alcalde considera que todos los depósitos de agua tendría que tener un contador. Sin embargo, el plan de la Diputación Provincial de Teruel solo financiaba uno por municipio y Calamocha, con doce núcleos de población y doce depósitos, solo tiene un municipio. "Solo tenemos derecho a un contador y lo pondremos en Cutanda que es donde más averías hay pero hemos acordado hacer presión a la DPT para que haya un nuevo plan que abarque todos los núcleos de población, incluidas las pedanías".

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