Seiscientos danzantes de entre 6 y 60 años participaron ayer durante tres horas en el maratoniano baile de San Roque de Calamocha, declarado Fiesta de Interés Turístico de Aragón. Los participantes formando dos filas de más de doscientos metros -una a cada lado de la calle- mientras danzaban en un recorrido que se prolongó, a ritmo de jota, desde las 9.00 hasta pasado el mediodía y que discurrió entre la iglesia parroquial y la ermita del santo, a las afueras del pueblo.

Los bailadores vistieron, como manda la tradición, camisa y pantalón blancos con faja azul. Las temperaturas frescas de la mañana hicieron más llevadero el ejercicio físico. El alcalde, Manuel Rando, se felicitó por la "altísima participación" en el acto más característico de las fiestas patronales. Durante el recorrido, de tres kilómetros, los ‘dicheros’ -vecinos que se ofrecen voluntarios para esta función- recitaron unas pequeñas composiciones satíricas o ‘dichos’ sobre temas de actualidad que Rando definió como una "expresión libre" del sentir popular.Cambio de trayecto

El festejo se vio alterado por el repentino fallecimiento por causas naturales de un vecino de 78 años que presenciaba el baile en la plaza del Peirón. Aunque personal sanitario se desplazó con urgencia al lugar, no pudo hacer nada por salvar la vida del paciente. El suceso motivó la paralización momentánea del festejo, que cuando se reanudó tuvo que cambiar de trayecto, tanto en la ida hacia la ermita como de vuelta.