Los campos de trufas de la zona de Gúdar y Javalambre son los más productivos del mundo

El Centro de Investigación Tecnológica Agroalimentaria de Aragón (CITA) ha dado los primeros pasos para desarrollar un proyecto que permitirá elaborar un mapa de aptitud trufera de los suelos de la provincia de Teruel, unas tierras que, unos estudios previos, destacan por su gran potencialidad en este tipo de cultivo. El mapa vendrá a corregir los defectos de una cartografía ya realizada hace cuatro años que, según los expertos, resultó ser un documento poco útil por carecer de suficiente definición.

El investigador del CITA y coordinador del proyecto, Juan Barriuso, señaló que el estudio permitirá confirmar algunos aspectos ya conocidos, como la gran potencialidad para el cultivo de este hongo de una buena parte del territorio turolense. También ofrecerá información sobre las zonas más adecuadas para poner en marcha plantaciones. El científico manifestó que la comarca de Gúdar-Javalambre se configura, de entrada, como el lugar donde se encuentran "las tierras más productivas del mundo".

Según dijo, la cantidad de trufa que se recolecta en esta zona es tan importante que de ella se abastece el mercado del sur de Francia e Italia. "Mucha trufa que se vende como del Perigord procede de Teruel", apostilló. "Son terrenos extraordinarios -puntualizó-, por eso organizamos el primer congreso de trufa en Teruel, porque todos querían conocer la mejor zona trufera del mundo".

El experto agregó, sin embargo, que por el momento se desconocen las razones de esta gran capacidad del suelo de la citada comarca turolense para el cultivo de trufas. "No sabemos el porqué, pero el día que lo descubramos desentrañaremos un gran misterio", acertó a decir Barriuso.

Se sabe que para que fructifique el preciado hongo es indispensable un suelo calizo y temperaturas no demasiado elevadas. Asimismo, crece en tierras cuya altitud se sitúa en una franja entre los 450 y 1.400 metros sobre el nivel del mar. Pero poco más se conoce de este valorado producto alimentario, que en la Feria de Sarrión del año pasado alcanzó el precio de 700 euros el kilo.

El nuevo mapa sobre las aptitudes truferas del suelo de la provincia persigue aunar los conocimientos ya existentes, así como proporcionar datos más precisos. Barriuso considera que el plano elaborado hace cuatro años resulta poco práctico para usuarios por su poca precisión. "Ahora vamos a bajar la escala", explicaba el experto. El proyecto también intenta unificar criterios y completar los trabajos ya realizados en Huesca y Zaragoza, en donde se han concluido mapas sobre las características que presenta el suelo de estas dos provincias para el crecimiento de trufas.

El documento se convertirá en una herramienta eficaz para que la Administración pueda gestionar mejor sus recursos y conceder subvenciones solo a proyectos viables, pero también servirá para que los usuarios puedan dirigir sus inversiones a los lugares más apropiados. "Hay zonas en las que ya por su altitud se desaconseja las plantaciones truferas, por la falta de humedad, pero eso no quiere decir que no prospere el cultivo si se habilitan unos buenos regadíos. Otra cosa es que registre importantes producciones", explicaba el científico del CITA.

Aunque en Aragón abundan las zonas donde pueden crecer plantaciones de trufas, Barriuso insiste en que ninguna es tan productiva como Gúdar-Javalambre. "No hay más que tener en cuenta los datos; mientras que en Huesca se dedican a este cultivo 1.300 hectáreas y en Zaragoza solo 300, en Teruel superan las 6.500 hectáreas". Todavía no hay cifras exactas de producciones, que se espera poder obtener en el estudio que el CITA terminará el año que viene, pero se estima que la provincia turolense aporta el 20% de la que se comercializa a nivel mundial.