La línea férrea quedó restablecida ayer en Monreal tras los daños causados por una tromba

Los trabajos realizados por operarios de ADIF durante toda la noche permitieron restablecer ayer poco antes de las nueve de la mañana la circulación ferroviaria en la línea que cubre el trayecto Zaragoza-Teruel, en un tramo a su paso por la localidad de Monreal del Campo. La vía tuvo que ser cortada sobre las seis de la tarde del domingo a causa de los serios destrozos causados por una tromba que descargó con intensidad sobre la zona y que inundó los raíles y arrastró la capa de grava que cubre el trazado. 

Según fuentes de Renfe, las labores de reparación consistieron en la restitución del balasto que soporta las vías, lo que permitió normalizar la circulación, si bien con un límite de velocidad de 30 kilómetros por hora.

La interrupción del tráfico ferroviario afectó a tres trenes, cuyos viajeros tuvieron que realizar trasbordos en autobuses en Santa Eulalia y Cariñena.

El alcalde de Monreal del Campo, Pedro Castellano, señaló que los desagües fueron incapaces de asumir el gran volumen de agua que descargó sobre la localidad y que alcanzó los 45 litros por metro cuadrado en menos de una hora. Como consecuencia, la rambla que atraviesa la vía "destruyó la valla protectora y arrastró el balasto y dejó el aire los raíles, en un tramo de unos 20 o 30 metros", explicó el primer edil. 

Pedro Castellano indicó que un tren que circulaba en dirección a Valencia con 74 viajeros atravesó zona afectada inmediatamente después de la tromba "con gran peligro". El alcalde añadió que Renfe y ADIF se han comprometido a reforzar los trabajos de reparación de ayer con una canalización del agua que impida nuevas inundaciones.

La intensa lluvia provocó también inundaciones en la carretera que comunica Monreal del Campo con Torrijo y en algunos bajos de varias casas de la localidad.

Pese a las mejoras de la vía, el trayecto entre Zaragoza y Teruel cuesta una hora y treinta y cinco minutos.