Un campo de trabajo rehabilita cuatro senderos iberos en el Bajo Aragón

Quince jóvenes españoles, franceses, turcos e incluso taiwaneses convivirán en Alcorisa hasta el 25 de julio en la localidad turolense. 

Conociendo el centro de día de la Fundación Kalathos en Alcorisa
Un campo de trabajo rehabilita cuatro senderos iberos en el Bajo Aragón
M. N.

El voluntariado del Campo de Trabajo de Alcorisa se encuentra rehabilitando cuatro senderos iberos de las zonas del Bajo Aragón y la Comarca de Andorra-Sierra de Arcos. Hasta el próximo 25 de julio, 15 jóvenes de entre 18 y 26 años procedentes de Madrid, La Rioja, Huesca, Almería, Zaragoza, Francia, Turquía, Taiwán o incluso de la República de Corea -algunos de ellos con discapacidad-, se encuentra realizando tareas de limpieza y restauración de los senderos iberos de la Integración K1 y K2, a su paso por las localidades de Foz-Calanda y Andorra, y el término de Alcorisa. “Todos los campos de trabajo que hemos realizado desde que en el 2003 empezásemos a realizar unas marchas senderistas con el programa ‘Andarines’ han tenido carácter internacional”, explica José Antonio Mora, director de la Agrupación Turolense de Asociaciones de Personas con Discapacidad Intelectual (ATADI).

 

A partir de aquellas andadas, la organización consideró la idea de solicitar campos de trabajo que anualmente dejaran el itinerario de los diferentes recorridos marcados y balizados para contribuir al patrimonio municipal con una red de senderos locales que pudiesen convertirse en atractivo turístico o simplemente ser utilizados por quien quisiese dar un paseo por el entorno de Alcorisa.

 

Así, este tipo de tareas se vienen ejecutando desde 2010, además de las rutas senderistas que se hacen de la mano de la Fundación Kalathos. Los participantes de este año también restaurarán balizas y esculturas que han quedado dañadas con el tiempo a causa de la meteorología. 


Según apuntan los organizadores, el objetivo de este campus es concienciar y dar a conocer a todas las personas la importancia, el respeto y el conocimiento de la diversidad en su sentido más amplio. “Se trata de conocer un entorno diferente al que están habituados, interrelacionarse con personas culturalmente diferentes, dar a conocer, compartir, trabajar y convivir con personas con discapacidad, de las que pueden aprender unos valores que les servirán para su desarrollo personal”, explican desde ATADI.  

 

Durante estos días, los jóvenes además de disfrutar de unas vacaciones, aprenden inglés –porque es el idioma oficial-, hacen nuevas amistades y se convierten en partícipes de un mundo más responsable. “Por el momento, tenemos muy buena impresión de cómo están transcurriendo las cosas. El equipo de dirección, monitores y personal de apoyo es de muy alta calidad, el grupo de campistas es joven y con muchas ganas, y los voluntarios locales y  personas de los centros de ATADI están muy ilusionados con compartir tiempo, trabajo y actividades con ellos”, concluye.

 

El próximo día 22, a las 19.00, se presentará un tríptico que recoge la información relativa a los senderos que se han realizado a lo largo de estos cuatro campos de trabajo, por iniciativa de ATADI a través de la financiación del Consorcio Patrimonio Ibérico de Aragón y los grupos de acción local.