El Ayuntamiento implanta nuevas exigencias para las peñas en Alcañiz

Un seguro de responsabilidad civil, un aseo y agua corriente son algunos de los requisitos necesarios.

Imagen de archivo del barrio de Santiago de Alcañiz
Los ruidos provocan que se regulen las peñas en Alcañiz

Lo que para los jóvenes es fiesta y diversión puede provocar verdaderos problemas a los vecinos de la zona. Esta es una de las principales razones de la nueva ordenanza reguladora de los recintos utilizados como locales de ocio de uso privado que se está elaborando en el Ayuntamiento de Alcañiz.


En el texto aprobado en sesión plenaria se explican cuáles son las características que debe cumplir un local para uso privado, que generalmente son las conocidas peñas. "Se ha elaborado con participación de todos los grupos y el resultado es una ordenanza consensuada, además, esperamos que sirva para castigar a aquellos que causan molestias y ayudar a los vecinos que estaban indefensos", puntualiza Ignacio Carbó, concejal de medioambiente de Alcañiz.


"Estas peñas llevan varios años creciendo, por lo que ha provocado que algunos vecinos se quejen por los ruidos que ocasionan", explica Carbó. Por ello, en esta ordenanza se regula el nivel de decibelios permitidos. Asimismo se detalla que para solicitar la apertura se deberá crear una asociación fundada por algunos de los miembros si son mayores de edad, en el caso de menores lo deberán hacer algún tutor legal.


Este será el paso inicial para tener una peña en Alcañiz. Además, deberán contar con un aseo -con inodoro y lavabo-, disponer de agua potable corriente, medidas de prevención y protección de incendios, un alumbrado de señalización de emergencia en la puerta y un seguro de responsabilidad civil y de daños por incendio -no inferior a 150.000 euros-. La capacidad de cada una estará marcada por los metros cuadrados que disponga, ya que el aforo permitido es de una persona por metro cuadrado.


En el caso de que la licencia de apertura sea temporal, es decir, solo para las fiestas, los requisitos se reducen. En esta situación ya no es necesario el aseo ni las señales de emergencia. Al igual que tampoco se deberá tener un seguro de responsabilidad civil.


También se regulan la prohibición de estar fuera del recinto, la imposibilidad de tener bebidas alcohólicas en las de menores y las sanciones que pueden recibir en el caso de incumplir alguna de las disposiciones de esta regulación, que llegan hasta los 3.000 euros.


Desde el Ayuntamiento de la localidad turolense no creen que esta ordenanza sea una "fórmula mágica", pero confían en que les sirva como herramienta para impedir los ruidos desmesurados. "Esperamos que seamos efectivos en cuanto a las sanciones: ir con el sonómetro, medir y poner la multa correspondiente si el ruido es elevado", explica Carbó.


Respecto a las peñas, consideran que la gran mayoría se adaptarán sin problemas ya que las exigencias son mínimas en comparación con las existentes en Navarra y el País Vasco. "Realmente se tienen que aclimatar más en el comportamiento que en las condiciones del local", puntualiza Carbó.


El 9 de julio será la puesta en marcha

Se prevé que el próximo mes de julio comience a funcionar esta nueva ordenanza. "Si no hay ningún tipo de alegación después del mes de exposición pública se empezará a implantar directamente", afirma Carbó.


Sin embargo, esta puesta en marcha no es tan drástica como podría parecer, ya que todas las peñas que existen en la actualidad tendrán un plazo de 3 meses para adecuarse a las nuevas necesidades. "Por el contrario, todas las que se creen con la ordenanza ya en vigor deberán de cumplir todos los requisitos desde el primer día", señala Carbó.


Teruel, el referente

La capital turolense ya realizó hace tres años su propia ordenanza. "Nosotros teníamos algunas zonas conflictivas, especialmente, la cuesta de Cofiero", explican desde el Ayuntamiento de Teruel. Allí existían varias cocheras que se alquilaban como locales de ocio. Los ruidos y la suciedad que provocaban los que las utilizaban fueron las razones por las que el Ayuntamiento comenzó a legislar en esta materia.


"Tuve que llegar a abandonar mi vivienda durante los fines de semana", relata Yolanda Berrón, quien encabezó la lucha contra estas actividades. Esta vecina explica que una vez que se puso en contacto con el Ayuntamiento, la legislación llegó en menos de dos meses. "Era una situación muy complicada, todos los días estaban las más de 15 cocheras llenas de gente, pero también había personas en la calle con la música del coche a todo volumen", ejemplifica Yolanda.


Actualmente, esta vecina destaca que la situación se ha normalizado y que por fin puede descansar tranquilamente en su casa. Esa misma tranquilidad ha llegado a las calles, ya que la gran mayoría de las cocheras se han cerrado, aunque algunas se han acondicionado y cumplen la legislación vigente. "Ya no tenemos problemas, algunos días en fiestas de la vaquilla o en fines de semana concretos, pero por lo demás, todo está en calma", puntualizan desde el Ayuntamiento.