El yacimiento de Riodeva saca a la luz los fósiles de una tortuga gigante única en el mundo

El ejemplar, coetáneo del Turiasaurus, vivió cerca de la desembocadura de una gran río hace 150 millones de años

Un equipo de paleontólogos de Dinópolis en el yacimiento de Barrihonda de Riodeva
Un equipo de paleontólogos de Dinópolis, en el yacimiento de Barrihonda de Riodeva
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El yacimiento paleontológico de Barrihonda-el Humero de Riodeva, donde se localizó en 2003 el Turiasaurus –el denominado Gigante Europeo y uno de los dinosaurios más grandes del mundo–, ha vuelto a proporcionar sorprendentes hallazgos. Se trata de los restos de una especie de tortuga única en el mundo, coetánea de aquel y a la que los paleontólogos de la Fundación Dinópolis, la vertiente científica del parque cultural y de ocio de Teruel, han bautizado Riodevemys inumbragigas (la tortuga de Riodeva a la sombra del gigante, según su traducción).


El animal, cuyo caparazón mide 35 centímetros de longitud, quedará expuesto a partir de esta semana en la vitrina de las novedades de Dinópolis, un espacio dedicado a mostrar al público los fósiles que el equipo de la Fundación va sacando a la luz. "La tortuga quedará expuesta en tanto en cuanto no se localicen nuevos restos que permitan realizar el relevo", explicó el director de la Fundación, Luis Alcalá. "Pero hay que decir que el año pasado, el contenido se cambio siete veces", agregó el director, haciendo referencia a la frecuencia con que aparecen fósiles de interés en los yacimientos turolenses.


Además de por su singularidad, la importancia de este individuo, que ha sido definido recientemente en una revista de ámbito internacional por un equipo integrado por paleontólogos de Dinópolis y de la Complutense de Madrid, radica, según Alcalá, en que el esqueleto del ejemplar se encontró poco fragmentado, "con el caparazón prácticamente entero". "No es lo habitual que aparezcan tan completas las osamentas de este tipo de especies; lo más frecuente es que los caparazones salgan muy desarticulados", añadió. Entre los restos se encuentra la parte dura que recubre el animal, pero también diferentes huesos de la cintura pélvica y escapular. En el estudio de esta especie ha colaborado Adán Pérez, de la Universidad Complutense de Madrid, uno de los mayores expertos en tortugas en el mundo de la paleontología.Diferencias

La tortuga Riodevemys, que vivió hace unos 150 millones de años, presenta grandes diferencias con los ejemplares que habitan la Tierra en la actualidad. Era un animal de agua dulce y el análisis de sus restos posibilitará un estudio en profundidad sobre la evolución de esta especie europea frente a su hermana norteamericana, tras la separación de los continentes.


Luis Alcalá dijo que la tortuga, junto a la que aparecieron los huesos fosilizados de otro ejemplar de la misma especie pero más fragmentado, vivió en un hábitat dominado por la desembocadura de un gran río. Hace 150 millones de años, el paraje en el que hoy en día se sitúa Riodeva se encontraba muy cerca de la costa. "La tortuga localizada pudo quedar cubierta por la avenida de un río, sepultada, y al margen de corrientes fluviales", explicaba Luis Alcalá, quien agregó que esta situación propició su mejor conservación.


Los primeros restos del ejemplar aparecieron hace unos cuatro años mientras se llevaba a cabo la extracción de los grandes huesos momificados del Turiasaurus. El equipo de paleontólogos de Dinópolis realizó durante todo este tiempo un trabajo de investigación del esqueleto de la tortuga que ha permitido definir la nueva especie. Uno de los autores del estudio, Rafael Royo, destacó el hecho de que la tortuga apareciese "en la misma capa del yacimiento de Barrihonda en la que salió a la luz el Turiasaurus".


Como ejemplo de la riqueza de este enclave, el paleontólogo citó el gran número de restos de otras especies aparecidos en su subsuelo. "Han salido estegosaurios, dientes de dinosaurios carnívoros y la osamenta de ornitópodos, o comedores de plantas", indicó.


Las primeras prospecciones llevadas a cabo en el yacimiento de Riodeva datan de 2003 y sus hallazgos han marcado hitos en la historia de la paleontología mundial.