1.500 olivos centenarios de Oliete buscan padrinos

Una asociación sin ánimo de lucro se ha propuesto recuperar el olivar abandonado a través de una iniciativa que, además, pretende ayudar a la agricultura familiar y activar el turismo de la zona.

Los olivos han sido uno de los cultivos más afectados en 2014
1.500 olivos centenarios de Oliete buscan padrinos
M. N.

Aproximadamente, el 70% del olivar de los pueblos del Bajo Aragón se encuentra en estado de abandono. Oliete, en la Comarca Andorra-Sierra de Arcos, forma parte de su denominación de origen de aceite de oliva con aproximadamente 500.000 de olivos, la mayoría Empeltre, y centenarios; pero también tiene otros 100.000 ejemplares yermos.


Desde enero, un grupo de jóvenes emprendedores trabaja por su recuperación fusionando las nuevas tecnologías con la agricultura familiar. Hasta el próximo 2 de junio no pondrán en marcha su proyecto www.apadrinaunolivo.org, sin embargo, antes de empezar ya han registrado 70 solicitudes procedentes desde diferentes puntos de España e incluso han logrado traspasar fronteras y llegar hasta Hamburgo, donde aseguran estar “enamorados” del aceite de oliva.


“Hemos ideado una iniciativa para ayudar a la agricultura familiar recuperando el olivar centenario yermo y abandonado de Oliete, iniciando así una nueva forma de agricultura sostenible ayudada por las nuevas tecnologías y basada en el apadrinamiento y el crowdfunding”, explica Alberto Alfonso, un joven residente en Barcelona, pero con gran arraigo a la localidad de Oliete, donde ha veraneado junto a sus abuelos toda su vida. Él es uno de los fundadores de la asociación ‘por la recuperación de olivos de Oliete’, sin ánimo de lucro. “Iniciamos el proyecto en la localidad turolense de Oliete, pero queremos ir extendiéndolo a otros puntos de la geografía española”, añade Alfonso, a quien la idea le llegó durante la última campaña de la oliva y que forjó posteriormente durante el Campus Party de Londres, donde convenció a dos compañeros.


El proyecto también cuenta con el apoyo del Ministerio de Agricultura, del Gobierno de Aragón, la Comarca Andorra-Sierra de Arcos, el ayuntamiento de Oliete y Telefónica. “También con el de todos los vecinos del pueblo que están encantados con la iniciativa y nos están ayudando a encontrar a los propietarios de todos los olivos abandonados”, matiza Alberto Alfonso.

Apadrinar un olivo cuesta 49,50 euros al año

Quien desee recuperar y apadrinar uno de los 1.500 olivos centenarios olietanos que se van a intentar recuperar en esta primera etapa, puede hacerlo a través de su página web pagando una cuota anual de 49,50 euros al año. Con este dinero, la asociación sufragará los gastos de labranza, poda, recolección de las aceitunas y otros cuidados, que serán realizados por vecinos del pueblo. “Algunos de los objetivos que persigue el proyecto proyecto son: asentar a la población en el medio rural, crear trabajo y atraer el turismo a la zona”, matiza Alfonso.


El olivo llevará el nombre que el padrino elija y tendrá asignado un código QR para que lo pueda identificar en el mismo olivar. “Además, la recuperación se podrá seguir en directo desde la página web, porque tenemos una persona que se encargará de hacer fotos y actualizarlas cada 15 días para que los padrinos vean su evolución”, explica Alfonso. Pero lo que también les interesa es fomentar el turismo rural. “Queremos que los padrinos vengan a ver a sus olivos y explicarles así el ciclo del árbol. Una vez en la localidad, también pueden aprovechar para visitar el Parque Cultural Río Martín, la Sima de San Pedro, el poblado ibérico o el pantano de Cueva Foradada”, añaden desde la asociación.


Una vez recolectadas las aceitunas, los padrinos o quienes hayan cedido su parcela, recibirán un aceite natural y ecológico procedente de su árbol. De momento, utilizan las almazaras de alguno de los pueblos cercanos, pero la idea es volver a abrir el viejo molino de Oliete, que lleva varios años cerrado. Pero eso dependerá del éxito de la campaña.

La despoblación 

La despoblación de los municipios y la desaparición de las actividades agrícolas debido a que los mayores se mueren y no existe relevo generacional, son el motivo fundamental del abandono de estos árboles. “Se produce la marcha a la ciudad de la juventud, las explotaciones familiares no son rentables económicamente y hay un desinterés por la agricultura en favor de otros trabajos del sector servicios”, explica Alfonso. “El cierre de las minas de carbón de la zona y la desaparición de los molinos olearios en los municipios también han tenido su papel”, añade.