Avalancha de alegaciones en San Agustín y Olba en contra de una explotación de arcillas

Vecinos y ayuntamientos consideran que una mina hipotecaría el desarrollo turístico por el que han apostado

Los términos municipales de San Agustín ?al fondo en la foto? y de Olba se caracterizan por su gran valor medioambiental, con una riqueza natural prácticamente virgen.
Los términos municipales de San Agustín ?al fondo en la foto? y de Olba se caracterizan por su gran valor medioambiental, con una riqueza natural prácticamente virgen

El proyecto de investigación para determinar la viabilidad de una mina de arcillas en un paraje situado entre San Agustín y Olba ha provocado un rechazo generalizado en esta zona, con la presentación de una treintena de alegaciones en el Departamento de Industria del Gobierno de Aragón. Los documentos, que se basan en los importantes valores naturales del paisaje, uno de los mejor conservados de la provincia, han sido promovidos tanto por particulares y colectivos sociales, como por instituciones públicas, entre ellas los ayuntamientos de las localidades afectadas y la Comarca de Gúdar-Javalambre.


El permiso para la investigación ha sido solicitado por la empresa valenciana Ingeniería y Urbanismo del Mediterráneo, y se limita a una intervención en cuatro cuadrículas mineras, lo que equivale a unas 120 hectáreas de superficie, situadas en un paraje denominado el Cabezo del Águila. En las proximidades ya se explotó una mina de arcillas en el siglo pasado, pero tuvo que ser abandonada a causa de las filtraciones producidas por un acuífero.


El alcalde de San Agustín, José Fernández, señaló que las alegaciones en contra de los sondeos son de carácter preventivo, con objeto de evitar que se autorice en un futuro una mina de arcillas. "Este proyecto –explicaba el primer edil– hipotecaría nuestros planes de potenciar los recursos turísticos de la zona, algo por lo que hemos apostado y que está ya dando sus frutos". Este sector ha crecido considerablemente en los últimos años con el acondicionamiento de una interesante red de infraestructuras turísticas que ha permitido el asentamiento de la población. Los barrios de Poviles de San Agustín (la mayor parte de él dedicado a segundas residencias) y el Collado Royo (en donde se ubica una masía destinada al turismo rural) se encontrarían a menos de 500 metros de la cantera objeto de estudio. "Las prospecciones –afirmaba Fernández– no presentan grandes afecciones en sí mismas, pero una futura explotación repercutiría muy negativamente en el entorno medioambiental, incluso llegaría a comer media montaña".


La Comarca de Gúdar-Javalambre se ha posicionado igualmente a favor de los vecinos de las dos localidades, que han demostrado un rechazo frontal sin condiciones. Los técnicos de esta institución consideran que algunas de las cuadrículas se localizan en zonas inaccesibles, "por lo que sería necesario abrir nuevas vías, con un impacto ambiental elevado". En el documento de alegaciones, la Comarca dice que se trata de una zona de importantes valores ambientales, y que algunas de las prospecciones solicitadas afectarían al LIC (Lugar de Interés Comunitario) de los Estrechos del Río Mijares.


El alcalde de Olba, Federico Martín, reconoció, por su parte, que el proyecto de investigación ha generado "inquietud entre los vecinos". "En estos pueblos –agregaba– hemos hecho una apuesta clara por el turismo rural, con el medio natural que nos rodea como principal recurso, por lo que no podemos permitir que este modelo de desarrollo se vaya al traste". Martín recalcó que el Gobierno de Aragón debería escuchar las numerosas alegaciones, "porque hay que recordar que esta zona es una de las pocas que aún quedan vírgenes".


El turismo ha surgido como un sector emergente, con empresarios llegados de otras provincias que han optado por invertir en la zona. Roberto Bonilla regenta desde hace varios años la Masía de Collado Royo, una casa de turismo rural rodeada de un impresionante paisaje. Una de las prospecciones solicitadas para comprobar la viabilidad de la mina de arcilla estaría a menos de 300 metros de su vivienda. Bonillo considera que esta zona tienen un gran potencial turístico, "por su proximidad a Valencia y su belleza natural", que quedaría seriamente dañado si se autorizarán las catas.