Las Grutas de Cristal de Molinos lucirán restauradas a primeros de julio

Finalizará la primera fase de iluminicación para frenar el llamado "mal verde".

Las Grutas de Cristal de Molinos, en la provincia de Teruel, descubiertas en 1961 y declaradas Monumento Natural, lucirán restauradas a comienzos de julio una vez finalizada la primera fase de los trabajos de adecuación de la iluminación para frenar el llamado "mal verde".


Las visitas -25.000 turistas al año- y la mala iluminación han deteriorado la cavidad y han provocado que se extienda el "mal verde", es decir, la vegetación y los hongos, por lo que el consistorio, gracias a los Fondos de Inversiones de Teruel (FITE), ha destinado más de 107.000 euros para adecuar la luminaria y frenar la expansión de estos organismos.


Una vez terminada esta adecuación, habrá que esperar un año para ver como evoluciona la gruta y continuar con el protocolo de actuación, ha señalado un portavoz de Eurocam, empresa encargada de la restauración.


La Grutas de Cristal están situadas en el término municipal de Molinos, en la comarca del Maestrazgo, y albergan en su interior un rico y variado paisaje subterráneo, desde precipitados de carbonatos hasta estalactitas, estalagmitas, columnas y cortinas (algunas con más de un millón de años), así como excéntricas, según fuentes del Gobierno de Aragón.


Además de este paisaje formado por un sistema kárstico, en el interior de la cavidad también hay lugar para la fauna.


En ella habitan murciélagos y trogloditos, pequeños insectos carentes de visión y semitrasparentes, adaptados al mundo subterráneo que permanecen durante toda su vida en el interior de la gruta sin salir al exterior.


Con una temperatura de 12 grados, que curiosamente coincide con la temperatura media en el exterior a lo largo del año, la cavidad alberga en su interior una gran riqueza cromática, en donde la diversidad de colores y formas ofrecen un verdadero espectáculo visual a los visitantes.


El complejo está formado por una red de salas y galerías subterráneas muy peculiares por sus formas y que se conectan con el exterior a través de las Cuevas de las Graderas o Grutas de Cristal y las Cuevas de las Baticambras.


A la gruta se accede por una entrada a partir de la cual aparece una bifurcación que conduce a una galería con numerosos espeleotemas y estalactitas excéntricas con curiosas formas e intensos brillos e irisaciones.


El recorrido continúa en la Sala Marina que contiene abundantes formaciones subacuáticas de pequeño tamaño (dientes de perro) y gran colorido.


En ella, los visitantes pueden observar una colada estalagmítica truncada producida por la deposición del agua en una antigua cascada, la Mesa Camilla o las masas de leche de luna formadas por acumulaciones de material calcáreo de color blanco.


Además de la adecuación de la iluminación y el audio grabado, se han adaptado también los guiones de la guía en función del tipo y la edad del público que visite la cavidad.

Por su parte, el consejero de Política Territorial e Interior del Gobierno de Aragón, Antonio Suárez, quien ha visitado las grutas para conocer de primera mano los trabajos de adecuación que se están realizando, ha destacado que las Grutas de Cristal son una de las "maravillas" que tiene Aragón pero que "todavía son poco conocidas".


En este sentido, Suárez ha confiado en que la restauración de la cavidad sea "un reclamo para el turismo" y ha animado a "todos los aragoneses y a todo el mundo" a visitar las Grutas porque "merecen la pena".