Las cuencas mineras apuestan por el turismo termal para frenar su declive económico

Ariño y Segura
de Baños cuentan desde hace pocos meses con dos balnearios de aguas minero medicinales.

Las aguas minero medicinales que brotan de los manantiales de la cuenca minera se presentan como un importante recurso económico, no ya capaz de suplir todo el empleo que la reconversión minera, primero, y la crisis, después, arrebataron a la zona, sino como un elemento eficaz para frenar la sangría poblacional que está sufriendo desde hace treinta años esta comarca.


Dos modernos balnearios construidos con los fondos Miner –ayudas aportadas por el Gobierno central como compensación por el cierre de minas–, el de Ariño, recientemente adjudicada su explotación a una empresa de ámbito nacional, y el de Segura de Baños, ponen de manifiesto la apuesta clara de estos dos municipios por el turismo termal.

El alcalde de Ariño, Joaquín Noé, cree que la explotación de las aguas minero medicinales, cuyo aprovechamiento empresarial tiene tras de sí una dilatada trayectoria en el pueblo solo interrumpida en los años ochenta del siglo pasado, es una alternativa más para diversificar la economía de la comarca. Esta se basada hasta ahora exclusivamente en la extracción del carbón. «Ojalá tuviéramos más vías –replicaba–, pero creemos que tenemos que aprovechar toda al riqueza que hay en esta zona, y que está más en el subsuelo que en el exterior». El alcalde se refería al carbón, por cuyo mantenimiento se sigue luchando, las aguas termales y los fósiles de dinosaurios que se han revelado como un interesante filón de cara al turismo. De hecho, debido al yacimiento en el que se han encontrado huesos petrificados de especies únicas en el mundo, el Gobierno de Aragón ya se ha comprometido a construir en el pueblo una subsede de Dinópolis.


Joaquín Noé cree que el balneario de Ariño es un proyecto viable. Y dice que el grupo Balnearios Activos, la empresa que gestionará las instalaciones, «también lo cree así». «Aunque –subraya–, evidentemente, primero hay que crear el destino turístico». El proyecto ya está encarrilado y el grupo empresarial valenciano, que gestiona otros complejos termales en municipios de la Comunidad Valenciana y Badajoz, como Benassal, Montanejos, Cofrentes, Chulilla y Montemayor, ha confirmado que el 21 de septiembre abrirá sus puertas al público en periodo de prueba, de manera que en 2015 esté a pleno funcionamiento.


Algo más retrasado está el balneario de Segura de Baños, cuya explotación, a pesar de estar terminada la infraestructura termal, sufre un bloqueo por no tener acondicionado todavía el exterior y no disponer de equipamiento, algo que precisa de una inversión de 800.000 euros. El alcalde, Ernesto Ferreruela, busca financiacón, pero reconoce que todavía no hay compromisos de ninguna institución. Considera que un buen mecanismo financiero sería el Fondos de Inversiones de Teruel. El Ayuntamiento y una Asociación creada con el único fin de impulsar el proyecto han contactado con un empresario interesado en la gestión del complejo termal, que se ha comprometido a presentar un proyecto de viabilidad. El mismo promotor estudia la posibilidad de asumir de los accesos.

Segura tiene puestas todas sus esperanzas en este centro turístico, instalado en el mismo emplazamiento en el que hasta el siglo pasado funcionaba con gran éxito una casa de baños. El alcalde se lamenta de que desde que cerraron las minas de Utrillas, en las que trabajaba la mitad de la población masculina, el pueblo ya no ha levantado cabeza. Su censo ha pasado de 200 habitantes a los 45 actuales.