La falta de lluvias durante todo un año impide el llenado del embalse de Mora de Rubielos

La infraestructura, cuya construcción se inició hace quince años, ha sufrido numerosos contratiempos.

La mala suerte parece haberse cebado con el embalse de las Tosquillas en Mora de Rubielos, tras no vislumbrarse su apertura en un horizonte cercano. La falta de lluvias a lo largo del último año está dificultando seriamente el llenado del pantano, un proceso que se inició en otoño de 2013 pero sobre cuyo final planea una gran incógnita.


Las pruebas de carga, que permiten ir rellenando de agua el vaso por fases, se desarrollan muy lentamente debido a la escasa pluviometría que ha registrado la zona. Ni siquiera la lluvia ha descargado las tan ansiadas gotas en esta primavera, en la que se tenían depositadas todas las esperanzas por las aportaciones provenientes de los deshielos que suelen producirse en estas fechas del año. El presidente de la Comunidad de Regantes de Fuenlozana y las Tosquillas, Manuel Ferrer, señaló que la Confederación Hidrográfica del Júcar solicitó a los agricultores hacer uso de sus concesiones de riego para poder completar las pruebas de carga. «Pero –explicó el regante– no nos pudimos comprometer porque no tenemos agua ni para los planteros».


Sin los recursos hídricos que podría haber proporcionado el embalse y sin precipitaciones, en la zona temen que este año no pueda salvarse ni la más mínima cosecha. «No es exagerado, pero en todo el año no han caído ni diez litros», se lamentaba Manuel Ferrer. «Si en ocho días no llueve, perderemos los cultivos de cereales», alertó.


La Comunidad de Regantes, que agrupa a unos 500 agricultores, y el Ayuntamiento de Mora de Rubielos fueron los promotores de este proyecto hidráulico, así como los principales usuarios del agua embalsada. No obstante, la tardanza en la ejecución de esta obra, iniciada en 1999 y que ha sufrido numerosos contratiempos derivados de modificados de la idea original, obligó al Consistorio a buscar otras formas de suministro de agua de boca para garantizar el abastecimiento a la población. Esta circunstancia y el elevado coste por el uso del agua del pantano que ha establecido la Confederación, con un canon anual de 60.000 euros, parecen cuestionar ahora la oportunidad de esta infraestructura.


El presidente de la Comunidad considera, sin embargo, que la presa sigue siendo necesaria para las 440 hectáreas de cultivos existentes en la zona, pero espera que el Ministerio de Medio Ambiente permita el inicio de negociaciones sobre el precio del agua. Sobre todo, por tratarse de un proyecto con el que se pretende mejorar las condiciones socioeconómicas de una zona desfavorecida.


El alcalde de Mora, Francisco Báguena, manifestó que el suministro a la localidad actualmente «no es un problema». «Menos mal –admitía– que no esperamos al término del pantano y que encontramos otros acuíferos, porque de lo contrario en estos momentos tendríamos dificultades».


Báguena reconoció que desde que se cerraron las compuertas de las Tosquillas no se han registrado precipitaciones. «Desde mayo del pasado año no ha llovido ni ha nevado. Estamos negros con esta situación», apostilló.

Riesgo de incendios

Los agricultores se quejan de que el terreno presenta preocupantes signos de sequía, y el alcalde teme que el problema se agrave en verano. «Da miedo –aseguraba Francisco Báguena–. La sequía castiga mucho al terreno, no solo a los cultivos, sino también a los montes, así que, si todo sigue igual, se multiplicará el riesgo de incendios».

Ante esta situación, la puesta en marcha del pantano de las Tosquillas se presenta complicada. «Es difícil prever cuándo estará en explotación –explicaba el primer edil–. El embalse debe superar una serie de pruebas: se necesita tiempo y agua, y está última está fallando». La Confederación confiaba terminar las pruebas de llenado este mismo año.