Los desalojados por los desprendimientos en un barrio de la localidad turolense de Monroyo continúan fuera de sus casas mientras están consultando con varias empresas cómo retirar las grandes piedras y eliminar los riegos para sus viviendas.

Pilar Carrégalo, concejal del municipio y una de las afectadas por el desalojo, califica de "desesperante" la situación porque "no hay soluciones de la administración" cuando a su juicio la respuesta para estas situaciones "debería estar más coordinada y de momento no hay".

El desprendimiento de varias rocas en la madrugada del lunes obligó a desalojar a 23 personas del barrio de San Roque de Monroyo y aunque no hubo daños personales, sí materiales, y ahora los vecinos temen por sus casas.

"Eran sobre las dos de la mañana y oímos un ruido fuerte. Parecía un terremoto porque la casa tembló. Cuando nos asomamos a ver qué pasaba vimos las grandes rocas que habían caído a la calle, rompiendo una tubería de agua", relata Carrégalo.

"Con la lluvia que amenaza ahora tenemos miedo de que la ladera arcillosa no aguante y puedan caer más piedras que destrocen nuestras casas", añade la vecina de la localidad.

Desde el ayuntamiento ya se han puesto en contacto con dos empresas para que evalúen las posibles soluciones para los desprendimientos y evitar riesgos futuros, y también se han desplazado al lugar técnicos de la Diputación Provincial de Teruel.