Patrimonio

A la venta el convento del Desierto de Calanda

El convento de los Carmelitas Descalzos de Calanda, del siglo XVII, está a la venta desde hace aproximadamente dos años.

Vista interior del edificio calandino.
Vista interior del edificio calandino.
HERALDO

Comprar un convento del siglo XVII no es ninguna quimera. Una transacción de este calado puede llevarse a cabo en el Bajo Aragón, en el término municipal de Calanda. En él se erige, desde el año 1682, el convento de los Carmelitas Descalzos, también conocido como convento del Desierto de Calanda (al encontrarse en un paraje deshabitado a varios kilómetros de la localidad) o 'El Escorial aragonés', debido a su gran tamaño.


El propietario de este peculiar inmueble lo puso hace dos años a la venta, aunque no ha sido hasta ahora cuando ha trascendido su condición de transferible. "Desde que sacamos a la venta el imueble solo hemos recibido el interés real de un grupo de personas, que al visitar el convento en persona se dieron cuenta de que si bien la adquisición era factible, la rehabilitación se escapaba de sus posibilidades", señalan desde la inmobiliaria que gestiona la venta, Fincas Alcañiz.


"Al ver que teníamos el edificio entre nuestras ofertas, vino una persona de la Comarca a interesarse, pero sin llegar a presentar una oferta formal", añaden desde la inmobiliaria. Tanto la Comarca del Bajo Aragón como el Gobierno de Aragón tienen derecho de tanteo sobre esta pieza del patrimonio de la Comunidad, pero hasta el momento no han demostrado ningún interés en adquirirla.


Lo cierto es que el monasterio presenta un estado cercano a la ruina. Si bien las paredes y fachada original se mantienen con cierta dignidad, el interior está totalmente devastado. El abandono institucional y los actos vandálicos de los que ha sido diana lo han dejado en una situación muy delicada.


Su precio no ha trascendido, ya que los titulares actuales prefieren "escuchar ofertas" en lugar de fijar una cifra concreta.


Proyectos fallidos


El cenobio ha estado varias veces a punto de recibir un balón de oxígeno en forma de proyecto cultural. En el último trimestre de 1995 se planteó su recuperación como centro de creación y debate artístico. Sin embargo, en 1996 la idea se paralizó por una falta de acuerdo con los propietarios.


Siete años después, en 2003, el actor Ferrán Rañé encabezó una nueva intentona. Cuando parecía que existía acuerdo institucional, unos particulares se adelantaron en la adquisición del convento para pedir posteriormente el triple de lo invertido. Coyuntura que diluyó por completo cualquier posibilidad de recuperación.


Este último y ambicioso proyecto incluía la restauración completa de la estructura para alojar a artistas relacionados con las artes escénicas y audiovisuales.


Un lugar para el retiro espiritual


El monasterio fue, en su momento, un lugar de retiro espiritual. Fue fundado en 1682 y reconstruido en 1708 tras sufrir un incendio durante una batalla de la Guerra de Sucesión. Desde ese momento alcanza una gran prosperidad, considerándose en 1728 uno de los más importantes de Aragón. Años más tarde, en 1809, fue saqueado por las tropas napoleónicas. Finalmente fue abandonado en 1835 como consecuencia de la amortización de Mendizábal.