TERUEL

El colegio de Los Paúles sustituirá las aulas por un geriátrico de 120 plazas con 40 trabajadores

Dos centros educativos en desuso se convierten en 3 años en residencias como efecto de la evolución demográfica.

Los promotores de la residencia, Tomás López y Juanjo Gala, en el patio del antiguo colegio de Los Paúles.
El colegio de Los Paúles sustituirá las aulas por un geriátrico de 120 plazas con 40 trabajadores
J. E.

El antiguo colegio de Los Paúles de Teruel se reconvertirá en una residencia de la tercera edad con capacidad para 120 residentes, a los que habrá que sumar otros 70 en régimen de centro de día. El edificio, propiedad de la congregación de los Padres Paúles, es uno de los más voluminosos del primer Ensanche de la ciudad. Se dispone a recorrer el mismo camino que tomó en 2010 otro colegio privado, el de San Pablo, situado en el mismo barrio. La adecuación de centros educativos como geriátricos refleja la evolución demográfica de la provincia durante todo el siglo XX, marcada por la despoblación y el envejecimiento.


El colegio de Los Paúles, construido en 1958 junto a la iglesia de La Merced, fue utilizado como colegio vinculado a la orden religiosa hasta 1980 y, tras perder esta utilidad, se destinó a distintas actividades culturales y sociales, como la atención a inmigrantes o la escuela de ocio juvenil Feyda. En 2000, vivió su último destello como centro educativo al acoger las clases del colegio publico Miguel Vallés, cerrado temporalmente con motivo de una reforma.


Actualmente desocupado, dará un giro radical en su función, y pasará de atender a la educación y el ocio juvenil al cuidado y residencia de ancianos. La reforma del inmueble estará condicionada por su ubicación en una zona urbanizada a principios del siglo XX que está englobada en el área de protección el casco antiguo, catalogado como Bien de Interés Cultural. Los muebles utilizados en las labores educativas y asistenciales han sido ya retirados y remitidos a establecimientos de Los Paúles en Honduras.


Capital turolense


La residencia, un proyecto de capital íntegramente turolense, comportará una inversión de dos millones de euros y generará, según Residencial Promoter S. L., promotora de esta iniciativa, 40 empleos. Uno de los empresarios, Juan José Gala, señaló que 33 puestos de trabajo corresponderán a mujeres. Atenderá por igual a ancianos válidos y asistidos y, de acuerdo con las estimaciones de los impulsores, agotará las necesidades de la ciudad en cuanto a residencias de la tercera edad. Las obras de adaptación tienen un plazo de ejecución de seis meses.


La reconversión del colegio en residencia no comportará modificaciones de la estructura del inmueble, de planta baja más dos pisos. Además, la estructura del edificio -fachadas, cubierta y forjados- está en buenas condiciones y no será necesario rehacerla, aunque el interior se reordenará para acomodarlo a su nuevo destino. El proyecto, de José Ángel Garzarán, acaba de ser entregado al Colegio de Arquitectos para su visado. Si no surgen contratiempos, la apertura está prevista para septiembre u octubre de 2010. Gala adelantó que los promotores recabarán apoyo de la administración dada la «importancia social y laboral» de la iniciativa.


La residencia ocupará 28.000 metros cuadrados útiles y contará con una zona verde aneja de 5.000 metros cuadrados que se extiende por las laderas de Cofiero. El proyecto se acometerá tras el arrendamiento del edificio por 35 años. Entre los servicios que se prestarán figuran peluquería, terapia ocupacional, fisioterapia o enfermería, además de alojamiento y alimentación. El establecimiento incorporará también los sistemas de localización y atención más modernos, como un mecanismo que el anciano puede activar en cualquier momento y que permite su ubicación precisa para una atención inmediata.


Tomás López, copromotor de la residencia, señaló que los principales destinatarios serán los ancianos en una situación comprendida entre la validez y la gran dependencia.