REAPERTURA

La Parroquieta podrá ser visitada a partir de enero tras una década cerrada

El pequeño templo es el gran desconocido del patrimonio de Albarracín.

Momento de la restauración de la Parroquieta.
La Parroquieta podrá ser visitada a partir de enero tras una década cerrada
HERALDO

La Parroquieta, como se denomina en Albarracín a la pequeña capilla de la Inmaculada Concepción, será abierto al público a partir del mes de enero del próximo año, después de haber permanecido más de una década cerrada al público. Se trata de uno de los edificios menos conocidos del patrimonio de la localidad y su actual imagen, con las paredes completamente cubiertas de espectaculares pinturas murales con figuras realizadas a tamaño natural, es inédita.


Con diversas intervenciones a lo largo de los años, la Parroquieta es en estos momentos objeto de una última actuación. Dos restauradores en situación de paro acometen un proyecto que permitirá abrir la capilla en el mes de enero. Forma parte del programa de promoción de empleo que realiza la Fundación Santa María de Albarracín con financiación del Inaem. Los recortes presupuestarios de la Administración han reducido a la mitad la aportación a este programa, pero permitirá, al menos, concluir unos trabajos que se iniciaron poco después de descubrirse en 1994 las pinturas murales ocultas bajo varias capas de yeso.


La singularidad de este templo, caracterizado por su gran profusión decorativa, lo convierte en uno de los espacios más destacados del conjunto de la catedral. La Parroquieta se encuentra en uno de los extremos del claustro de la Seo.


Los trabajos se centrarán en los próximos tres meses en la bóveda y en los paramentos del ala derecha, zonas en las que no se ha intervenido hasta ahora. Se trata de un espacio que cuenta con una menor ornamentación. El gerente de la Fundación, Antonio Jiménez, considera que la apertura de la capilla será una de las grandes sorpresas del próximo año, y agregó que entre los turistas que visitan la catedral siempre ha existido "una cierta curiosidad" por conocer estas instalaciones que a menudo veían con andamios y en pleno trabajo de restauración.


Las pinturas datan del siglo XVI y constituyen, según Jiménez, "la mejor huella pictórica que posee la ciudad". Los dibujos realizados con pigmentos rojizos y grisáceos representan interesantes escenas de la Adoración, la Visitación y la Anunciación y corresponden a la primera época del templo.


La idea de la Fundación es dedicar la capilla al culto diario, ya que, a juicio de Antonio Jiménez, dispone de un "tamaño adecuado para la celebración de los oficios religiosos, un recinto pequeño y de fácil mantenimiento". Independientemente de este uso, se ha previsto su incorporación a los espacios que forman parte del patrimonio turístico, de manera que podrá ser visitado a partir de enero.