SIN FECHA DE INICIO

Los derrumbes continúan en la iglesia de Híjar y la consolidación se retrasa

Los vecinos se quejan de la caída de piedras sobre sus casas mientras la DGA estudia el estado del templo.

Un vecino muestra la malla colocada para evitar desprendimientos.
Los derrumbes continúan en la iglesia de Híjar y la consolidación se retrasa
B.S.

Las obras de restauración de la iglesia Santa María La Mayor de Híjar, que deberían haber comenzado este mes de septiembre, siguen sin fecha de inicio a pesar del acuerdo adquirido entre el Gobierno de Aragón y el Ayuntamiento de Híjar en abril. Mientras tanto, los vecinos de las casas colindantes al templo siguen sufriendo las consecuencias de su mal estado. El anterior Departamento de Obras Públicas de la DGA se comprometió con el Consistorio a licitar las obras "de inmediato" y analizar la situación de los muros por si hubiera que actuar antes en caso de peligro.


Cabe recordar que este compromiso se produjo después de que el Ayuntamiento se ofreciese en marzo a adelantar el dinero de los trabajos de restauración. La rehabilitación de la iglesia, que lleva cerrada al culto desde 2007 por peligro de derrumbe, cuesta 740.653 euros. El 80% de esta cantidad le corresponde al Gobierno de Aragón y el 20% será aportado entre el Consistorio y el Arzobispado de Zaragoza.


Con la nueva paralización de la tramitación, la corporación municipal trasladó la situación al nuevo equipo que rige el Gobierno de Aragón para conseguir un nuevo acuerdo. "Le trasladé a la asesora del consejero de Obras Públicas todo lo sucedido con el anterior equipo y, aunque no se han dado fechas sí que me garantizaron que la iglesia de Híjar es la prioridad", explicó el alcalde, Luis Carlos Marquesán.


En el encuentro, mantenido en agosto, el Departamento solicitó tiempo al Ayuntamiento para conocer la situación y, sobre todo, finalizar la auditoría de cuentas que está llevando a cabo en el inicio de legislatura. "Es probable que no haya partida presupuestaria pero sí intención de actuar incluso buscando otras formas de financiación", dijo. La iglesia de Híjar está declarada Bien de Interés Cultural (BIC), por lo que, además de Obras Públicas también cabe la posibilidad de optar por una intervención junto al Departamento de Cultura. Aunque no hay fecha definitiva, se espera que el Ayuntamiento y Obras Públicas vuelvan a mantener un encuentro en octubre.


Mientras tanto, los vecinos han vuelto a sufrir desprendimientos en sus casas y se muestran muy preocupados por el visible deterioro del templo. "Se ha esperado un tiempo de cortesía porque dijeron que en septiembre habría una solución", dijo uno de los vecinos afectados, Vicente Gómez, en cuyo patio caen rocas casi a diario procedentes del cerro sobre el que se asienta el templo.


Para Gómez no existe una explicación convincente. "Tengo una parte de mi casa hipotecada. No puedo utilizar el patio para nada. Caen piedras de forma continua y al final, caerá en la cabeza de alguien y vendrán las lamentaciones", dijo. Su vecino, José Manuel Lanuza, volvió a encontrarse con su casa amenazada por las piedras en las fiestas de Híjar, el último fin de semana de agosto. "Para nosotros es algo asumido y comentamos cada vez que nos vemos cuántas piedras nos hemos encontrado en el patio", explicó.


Lanuza comenzó a rehabilitar la casa familiar en 1987 y en 1992 ya avisó de los problemas que tenía el cerro que hace de pared a su patio. "El problema vino cuando derribaron la casa del ermitaño. Las humedades se filtran y repercute en el cerro y por consiguiente en nuestras casas", explicó. Al detectar los primeros desprendimientos instaló una malla protectora anclada a la pared para evitar que las piedras cayesen al suelo.


José Manuel Lanuza debe ejecutar todo un ritual cuando llega a Híjar después de unos días fuera ya que reside habitualmente en Zaragoza. "Me subo a una escalera y quito las juntas de la malla para extraer las piedras que se han quedado sueltas sujetadas por la red", explicó. Lanuza las carga y se las lleva a la escombrera. Calcula que la última vez recogió alrededor de cien kilos de roca entre las grandes y los cascotes.