INMIGRACIÓN

ATIS, una década como puente entre dos mundos

Con el objetivo de ayudar a todas las personas inmigrantes que llegaban a Teruel, así como conseguir su plena integración en la vida social y laboral, nacía en Teruel hace diez años la Asociación Turolense de Inmigrantes Solidarios.

Los inmigrantes participan en múltiples actividades gracias a ATIS
ATIS, una década como puente entre dos mundos
HERALDO.ES

Anisuara llegó a Teruel desde Rumanía hace cinco años, tenía 26. Lo peor fue el idioma. Hasta hace poco tiempo trabajaba como empleada del hogar, pero se quedó sin trabajo y decidió empezar a estudiar contabilidad y finanzas. Su marido y su hija también se han adaptado bien a la vida turolense: «La chica tiene siete años, está estudiando en el colegio del Ensanche, y ya sabe más español que yo», apunta orgullosa. Anisuara anima a los inmigrantes que hayan llegado hace poco tiempo a Teruel que pidan ayuda donde ella lo hizo, en ATIS. Esta Asociación Turolense de Inmigrantes Solidarios (ATIS) cumple ahora diez años.


En un a década, ATIS se ha convertido en un referente para los ciudadanos de otros países que deciden iniciar su particular aventura en este territorio. La entidad cuenta en estos momentos con más de 200 socios de diferentes nacionalidades, desde rumanos, marroquíes o un buen número de latinoamaericanos que acuden con el fin de resolver algunos de los problemas que surgen a lo largo de su estancia en Teruel.


En estos momentos, y sobre todo desde que empezó la crisis, gran parte de la información que facilitan está centrada en temas de trabajo y en las dudas que se les plantean ante un regreso voluntario a sus países de origen. Desde la asociación su secretaria, Adriana Avellaneda, quien lleva ya cinco años viviendo en Teruel desde que llegó de Buenos Aires, ve normal el cambio de inquietudes «el tipo de consulta ha cambiado con los años al principio eran más consultas vinculadas con el proceso de regularización, querían saber cómo tenían que conseguir los papeles pero en el 2005 la cosa cambió al establecerse la regularización de los inmigrantes».


Cuando llegan es un momento complicado y por eso desde la asociación tratan de que el recién llegado se sienta cómodo, y le van marcando todos los pasos. En los últimos meses muchos han vuelto voluntariamente a su país al quedarse sin trabajo, por lo difícil que les resulta mantenerse al no tener empleo, pero también hay quienes han optado por irse a otras comunidades o ciudades más grandes.

Asentarse en una nueva tierra

Además del tema laboral desde ATIS ayudan a las familias a conseguir una plena integración, un aspecto que también han trabajado en los centros educativos tanto de primaria como secundaria. Avellaneda apunta que «en ocasiones llega primero el padre, y después de uno o dos años llega la mujer con los hijos. Así, la adaptación es más difícil, porque los hijos deben aprender el idioma, acomodarse a un centro educativo y también a su propio padre, porque al haber estado alejados de él les resulta más difícil relacionarse».


Este es el caso de Ernesto, quien ya tenía a su mujer y a sus hijas viviendo en la capital mudéjar, y que llegó el 26 de febrero.Su principal motivación para venir a España ha sido la familia y que sus hijas, de 17 y 12 años, cuenten en un futuro con una mayor formación que la que podrían conseguir en Colombia. «A mis hijas les ha ido muy bien el proceso de integración, ahora ya estoy empadronado y espero conseguir un empleo y ayudar a mi familia en cuanto tenga los papeles», explica el colombiano.