DESCUBRIMIENTOS EN ALCAÑIZ

Las obras de la nueva sede de la DPT en Alcañiz descubren un molino del siglo XIV

Entre los restos hay dos instalaciones harineras más modernas, que se incorporarán a un centro de interpretación.

La excavación ha sacado a la luz uno de los canales de salida.
Las obras de la nueva sede de la DPT en Alcañiz descubren un molino del siglo XIV
J. ZARDOYA

El rico pasado de la capital bajoaragonesa sigue dando sorpresas a los especialistas. Las obras de restauración de un edificio, futura sede de la Diputación Provincial de Teruel, han sacado a la luz los restos arqueológicos de tres molinos harineros, uno de ellos del siglo XIV. El hallazgo, que ha sorprendido a los técnicos por sus dimensiones y su factura -está excavado en plena roca madre-, se va a incorporar al futuro edificio, que albergará en su interior un centro de interpretación sobre rutas hidráulicas.


El presidente de la institución, Antonio Arrufat, explicó ayer durante una visita a las obras que el descubrimiento «dará mucho más valor al edificio» porque lo hará visitable. «Esto alarga un poco la redacción del proyecto básico que teníamos pensado para diciembre, por lo que puede que al final podamos tenerlo en abril», aseguró el presidente de la DPT.


Arrufat no quiso adelantar todavía los plazos que se marcan desde la institución provincial y el importe global que supondrá su nueva sede en Alcañiz, ya que «antes tenemos que ver el proyecto». «Vamos a hacer gestiones con el Ministerio de Medio Ambiente y el Gobierno de Aragón ya que desde la Diputación asumimos la compra del edificio y el coste de la excavación», insistió.


La vicepresidenta tercera de la DPT y diputada de Turismo, Ana Belén Andreu, consideró «una magnífica noticia» el hallazgo arqueológico porque contribuirá a incrementar la oferta turística de Alcañiz. «Tenemos que conseguir que esta ciudad no solo sea de servicios sino que tenga una entidad turística propia», aseguró Andreu.


Estos seis siglos de historia quieren ser incorporados al proyecto de recuperación del edificio de la nueva sede de la DPT en Alcañiz y se construirá un Centro de Interpretación de las Rutas Hidráulicas del Bajo Aragón, que previsiblemente ocupará la parte baja del inmueble. El resto, a falta del proyecto definitivo, albergará unas dependencias y oficinas para centralizar los servicios que la institución provincial mantiene en la capital bajoaragonesa.


El proyecto, que está en fase de redacción, fue elegido tras un concurso de ideas. La propuesta que resultó ganadora fue la presentada por los arquitectos navarros, Iván Fernández Prados y José Luis Vélaz Ballesteros, y ya integraba estas estructuras hidráulicas en el edificio.


En lo que respecta a la excavación arqueológica, los trabajos de los últimos meses han sacado a la luz diversas estructuras superpuestas de amplia datación. En el nivel más inferior, a muy pocos metros del cauce del Guadalope, ha surgido un canal de desagüe del molino harinero cuyo origen data del siglo XIV.


Al parecer, el espacio sufrió diferentes modificaciones y ampliaciones, lo que dio lugar a la construcción de al menos dos molinos más. El edificio albergó una fábrica de lanas a principios del siglo XX de la que ya existe más documentación.


El arqueólogo aragonés Salvador Melguizo, que está dirigiendo la excavación, explicó que el espacio cuenta con tres fases muy diferenciadas y destacó como elementos a conservar el impresionante acueducto elevado que desemboca en el edificio, la fachada exterior (fechada hacia el siglo XVIII), y las estructuras hidráulicas ahora desenterradas.


«Los molinos en época medieval representaban el punto de recaudación fiscal de la producción agrícola en la época. Todos los productores estaban obligados a pasar y pagar el tributo correspondiente», explicó Melguizo, para quien «a pesar de que el inmueble refleja la evolución de Alcañiz desde la Reconquista», el espacio no presenta características propias, sino que es «un representante más» del funcionamiento de los señoríos eclesiásticos o civiles en la Edad Media en Aragón.


Anexo a esta parte del antiguo molino harinero que adquirió la DPT para su sede está el solar donde Teruel Avanza proyectó hace unos meses un hotel de tres estrellas con 88 habitaciones. De momento, la inversión sigue en vía muerta tras la disolución de la sociedad pública, en la que participaban entre otros inversores la Caja Rural de Teruel, aunque se sigue con la idea de su puesta en marcha a través de otras empresas interesadas.