Blog La voz de mi amo

por Matías Uribe

ARTE

El claustro de San Pedro podrá albergar banquetes de bodas a partir de este año

El romanticismo que envuelve a la iglesia, donde se encuentran los restos de los Amantes, impulsa esta medida.

El jardín cementerio y el claustro contiguo, escenarios cada vez más atractivos para los novios.
El claustro de San Pedro podrá albergar banquetes de bodas a partir de este año
ANTONIO GARCíA

El claustro neogótico y el jardín cementerio de la iglesia de San Pedro de Teruel, templo en el que se encuentra el Mausoleo de los Amantes, serán a partir de este año lugar de celebración de banquetes de bodas.


La Fundación Amantes, entidad que gestiona el funcionamiento del monumento -integrado por la iglesia y su claustro, el museo en el que se muestra el sarcófago de Isabel y Diego y la torre mudéjar- ha decidido ofrecer esta posibilidad a través de un servicio de cáterin. Se pretende sacar rendimiento de la importante demanda que se ha registrado en los últimos años por parte de las parejas de celebrar sus bodas en este templo, un edificio que parece envuelto en una atmósfera de romanticismo por el hecho de albergar los restos de los Amantes.


La gerente de la Fundación, Rosa López Juderías, señaló que desde que se restauraron el claustro, hace tres años, y el jardín cementerio -el año pasado-,«siempre se ha visto la posibilidad de aprovechar estos recursos para otros fines». «Con esta medida intentamos que en torno a la figura de los Amantes se pueda generar negocio y que contribuya a crear riqueza en la ciudad», agregó.


Desde que se ha ofrecido esta posibilidad ya hay una lista de cinco parejas interesadas en realizar sus banquetes en el edificio religioso. El primero de ellos tendrá lugar el próximo mes de mayo.


La Fundación ha establecido, no obstante, una serie de condicionantes que deben cumplir los aspirantes, como es la obligación de oficiar la ceremonia religiosa en la iglesia de San Pedro, así como no superar los 200 comensales, «porque el espacio no tiene capacidad para más invitados», aclaraba la gerente de la Fundación. También se ha fijado un horario más restrictivo que en otros establecimientos hosteleros, de modo que la estancia en el recinto no sobrepase las cinco de la madrugada.


Rosa López explicó que la idea de la Fundación es que la nueva posibilidad de obtener recursos por otras vías no distorsione el principal objetivo de esta entidad, que es la explotación turística del monumento. «No queremos que la organización de banquetes se masifique, por lo que tampoco aspiramos a una gran demanda de este nuevo servicio que ofrecemos, ya que el uso esencial del conjunto de San Pedro consiste en las visitas turísticas», precisaba la gerente.


La incorporación de la iglesia de San Pedro al conjunto patrimonial que preside el sarcófago de los Amantes siempre se vinculó al compromiso de hacer compatible el uso turístico con el religioso. Desde entonces, el templo puede oficiar hasta 2 bodas diarias como máximo.


Lo habitual es que mientras tienen lugar las ceremonias religiosas, se cancelen las visitas al templo. A juicio de Rosa López, esta medida, sin embargo, no obstaculiza el normal funcionamiento de la programación turística. «Procuramos no hacer reservas durante el horario en el que hay casamientos y, si se trata de grupos que no están organizados, les decimos que vuelvan más tarde», señalaba la gerente.


La iglesia de San Pedro es, junto con la catedral y San Francisco, uno de los templos de la capital que registran mayor demanda para la celebración de bodas. El párroco, Blas Sanz, señaló que edificio religioso es elegido para cumplir el sacramento del matrimonio por unas 25 parejas al año. «Los novios dicen que se inclinan por esta iglesia por su ornamentación, porque es cálida y acogedora», subrayaba el sacerdote.


Las tarifas para poder desposarse en San Pedro son más elevadas que en otros templos -entre 200 y 300 euros, frente a los 60 y 100 del resto de iglesias-, una medida que se adoptó con objeto de evitar masificaciones. Y las fechas más solicitadas suelen situarse entre mayo y junio, aunque ya hay algunas programadas en los meses de abril y septiembre.