RELIGIÓN

Del muro de Berlín a la iglesia de Calanda

La Cruz Peregrina de Juan Pablo II,_un símbolo que lleva 25 años recorriendo medio mundo, ha sido recibida en la localidad del Bajo Aragón.

Jóvenes portando ayer la Cruz Peregrina que llegó a la diócesis de Zaragoza el día 16.
Del muro de Berlín a la iglesia de Calanda
ESTHER ESTEBAN

El párroco de Calanda, Pablo Roda, ya preveía una gran concentración de personas en la iglesia, poco antes de que tuviera lugar la llegada al municipio de la Cruz Peregrina de Juan Pablo II. Su mayor preocupación en el inicio de esta celebración, que tuvo lugar la tarde del viernes, era si "iban a poder estar todos en el interior del templo" para participar de los actos, de ahí, que se retiraron los bancos de la iglesia, y se colocó moqueta en el suelo para que los jóvenes se pudieran sentar sobre ella. "Decimos que la gente abandona la religión, pero los jóvenes que están aquí han seguido unas catequesis para conocer el sentido de la cruz", apuntó Roda.

El párroco no se equivocaba. Medio millar de jóvenes, venidos de los arciprestazgos de Alcañiz, Valderrobres, Belchite, Caspe, Híjar y Quinto recibieron en Calanda la Cruz Peregrina. Este símbolo, que lleva 25 años recorriendo los lugares más inhóspitos del mundo, se encuentra en España desde hace un año y llegó el pasado día 16 a Zaragoza por el Ebro en una barca con antorchas para ser depositada tras una procesión en el Nacimiento de la plaza del Pilar, acompañada de numerosos jóvenes y fieles en general. En el acto de Calanda de ayer participaron otras mil personas.

Sonidos de tambores

Los sones de los tambores de las distintas cofradías de Calanda acompañaron el recorrido de la Cruz por las calles de la localidad hasta llegar a la iglesia de Nuestra Señora de la Esperanza. Grupos, constituidos por gentes de distintas localidades, se fueron turnando para llevar la Cruz y el icono de la Virgen María hasta llegar al templo parroquial.

Los primeros porteadores fueron los anfitriones, los calandinos, que fueron relevados por los alcañizanos que les esperaban en las inmediaciones del pabellón multiusos. Sucesivamente, se organizaron turnos para portarla hasta ser colocada en el interior de la iglesia donde se celebró un acto multitudinario.

La sociedad calandina se implicó con este acontecimiento. Durante la celebración en el templo, se exhibieron los faroles de la cofradía de las Siete Palabras de Calanda. El hogar de la tercera edad confeccionó una cajita con el símbolo de la cruz, en cuyo interior rezaban frases tales como: "Es una medicina que se puede tomar a cualquier hora". La asociación de Interpeñas del municipio bajoragonés también repartió bocadillos y refrescos a los participantes de esta fiesta.

El acto comenzó a las 17.30 y se desarrolló hasta las 20.00, momento en el que se despidió a la Cruz Peregrina, que fue llevada de nuevo a Zaragoza. Aquí permanecerá hasta el día 23 de este mes y saldrá hacia Santiago de Compostela.

El párroco de Calanda se mostró entusiasmado con el acontecimiento que lo valoró como: "Hecho histórico". "Es muy importante que haya pasado la Cruz Peregrina por la localidad", dijo.

El sacerdote explicó que Juan Pablo II (1978-2005) confió a los jóvenes del mundo entero esta sencilla cruz de madera, de 3,8 metros de altura, durante el Domingo de Pascua de 1984, cuando se clausuró el Año Santo de la Redención.

Agregó que el Papa encomendó este signo del Año Jubilar como testigo de la fe cristiana. La 'Cruz Peregrina' ha tenido un largo periplo por todo el mundo. Consiguió entrar en los países de la Europa comunista, para terminar pasando por la Puerta de Brandemburgo, una vez que cayó el muro de Berlín. Calanda se suma así al intinerario religioso de esta cruz, que también estuvo en la Zona Cero de Manhattan, tras el atentado de las Torres Gemelas. Como curiosidad, ha sido trasportada en trineo por esquimales del Canadá.

Si multitudinario fue este acontecimiento en Calanda, aún será mucho más el que se celebre en Madrid con motivo de las Jornadas Mundiales de la Juventud. El párroco de Calanda comentó que "todas las diócesis de nuestro país se están organizando para poder acoger a las personas que vendrán de todo el mundo, dado que se esperan dos millones de jóvenes en la capital de España".

El acto tendrá su repercusión en el Bajo Aragón. Pablo Roda comentó que se están empezando a recibir llamadas de gente que después de participar en el encuentro de jóvenes en Madrid quieren venir a Alcañiz para conocer Motorland: "Hay un grupo de jóvenes moteros de Vespa, italianos, que han comunicado que quieren pasar una noche en Alcañiz".