TERUEL

El sector jamonero cerrará el año con un 26% menos de producción que el ejercicio anterior

Los empresarios temen que cuando se recupere el mercado no haya suficientes perniles para afrontar la demanda.

Un operario trabaja en la empresa de deshuesado Servijamón.
El sector jamonero cerrará el año con un 26% menos de producción que el ejercicio anterior
JORGE ESCUDERO

El sector jamonero de la provincia de Teruel se prepara para afrontar un cierre de campaña nuevamente con pérdidas. El descenso en la elaboración de jamones de Denominación de Origen a causa de la crisis económica continúa su camino imparable con unas previsiones de producción para fin de este año que se estima en un 26% menos que en 2009, un año en que las cifras ya se cerraron con una bajada de un 33% frente a 2008.

El director gerente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Jamón de Teruel, Fernando Guillén, señaló que la producción estimada por el organismo para finales de este año no alcanzará los 500.000 jamones con marchamo de calidad, frente a los algo más de 675.000 que se comercializaron el año pasado. Ambas cifras distan mucho de las registradas en 2008, en el que la elaboración de perniles de Teruel alcanzó techo con la salida al mercado de 743.738 piezas.

Fernando Guillén aseguró que la producción jamonera en la provincia "ha vuelto a los niveles de 2006" y mostró su preocupación porque la recesión económica, en general, y los excedentes en el mercado de jamón ibérico -en algunos casos de dudoso origen-, en particular, "han afectado con la bajada de precios a todos los eslabones de la cadena de la Denominación de Origen, con un sector ganadero muy tocado".

Los empresarios temen que el sector sufra un serio revés del que resulte difícil salir, incluso, cuando los problemas económicos del país toquen fondo. "La crisis es un tema circunstancial, tiene fecha de caducidad, y en el plazo de un año o año y medio creo que se habrán resuelto las dificultades financieras que aquejan a las industrias cárnicas", explicó Guillén, quien advirtió, no obstante, de que "el grave problema surgirá después, cuando falte jamón para sacar al mercado".

Aunque todos los eslabones de la cadena son fundamentales para la producción jamonera, en estos momentos se contempla con futuro incierto la evolución de las empresas ganaderas, cada vez más desanimadas en el proceso de la crianza de porcino dedicado a la Denominación. De hecho, de las 370 granjas adscritas al Consejo Regulador en 2009, se ha pasado en la actualidad a 280 instalaciones.

A los ganaderos les cuesta producir un cerdo destinando a la Denominación 7 euros más que un ejemplar sin marca de calidad, circunstancia que está propiciando el abandono de la producción. "Antes, este sobreprecio era asumido por los mataderos, que, a su vez, recibían un porcentaje de los secaderos. Este proceso ahora se ha roto; los secaderos no quieren curar más jamones hasta que no saquen todos sus excedentes", afirmó Fernando Guillén. "La única solución -continuó- es animar al ganadero para que siga apostando por la Denominación".

Clemente Garcés, vicepresidente del Consejo Regulador y consejero delegado de Portesa, una de las más importante empresa cárnicas de la provincia, reconocía que la situación del sector no es boyante, "pero no hay que caer en catastrofismos". Afirmó que los secaderos están "liberando" sus excedentes con un descenso de costes y ajustando sus producciones al mercado actual. Pronosticó, sin embargo, que a partir del verano de 2011, "podrían empezar a mejorar los precios, tras comenzar a escaser el ibérico".

Garcés contempla el futuro con cierto optimismo. Según explicó, la mayor parte de las industrias jamoneras turolenses están aguantando la crisis sin grandes ajustes de plantilla. Portesa, por ejemplo, ha retirado el expediente de regulación de empleo que presentó durante el verano. El empresario confió en que la recuperación sea menos problemática "gracias a la excelente materia prima que hay en la provincia". Pero consideró básico el apoyo financiero para salir adelante, al tratarse de un sector de gran capital inmovilizado, con un producto que tarda varios años en salir al mercado. A su juicio, lo que hace falta es "poner en valor el producto y buscar los mercados adecuados".