TERUEL

Los grafitis cubren el muro del Asilo a pesar de las reticencias municipales

La Universidad y la Escuela de Arte apoyan la iniciativa y manifiestan su voluntad de colaborar con la Asociación de Vecinos de San Julián en la organización de futuras ediciones.

Los grafiteros, durante su trabajo sobre la tapia del Asilo de San Julián. En primer término, la obra ganadora del concurso.
Los grafitis cubren el muro del Asilo a pesar de las reticencias municipales
ANTONIO GARCíA

A pesar de las reticencias del Ayuntamiento, la tapia que rodea el Asilo de San Julián de Teruel cambio ayer su color gris habitual por la policromía chillona de los grafitis realizados con motivo del I Concurso de Graffitis, organizado por la asociación de vecinos del barrio. El vicedecano de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas y profesor de la carrera de Bellas Artes, José Prieto, y la directora de la Escuela de Arte, Carmen Sevilla, ambos miembros del jurado, consideraron superado el debate sobre si los grafitis son una manifestación artística y anunciaron que los dos centros educativos colaborarán en la organización del evento en las próximas ediciones.

El Consistorio denegó inicialmente la autorización para realizar los dibujos en la valla del Asilo y propuso el traslado de la actividad a la avenida de Aragón con el argumento de que se desarrollaba demasiado cerca de dos bienes de interés cultural (BIC), el propio Asilo y el viaducto de Fernando Hue. Sin embargo, tras la negativa vecinal a cambiar de ubicación, finalmente los grafiteros pudieron demostrar su pericia en el lugar previsto en principio, aunque sobre paneles de madera atornillados a la pared.

El presidente de la Asociación de Vecinos de San Julián -organizadora del concurso-, José Polo, afirmó que las primeras reacciones vecinales al ver los grafitis fueron muy buenas, a pesar de que un grupo de vecinos del barrio presentó firmas en el Ayuntamiento en contra de esta actividad. Polo señaló que el aspecto de la tapia ha mejorado significativamente. "Era de color gris -indicó- y ahora tiene mucho colorido. No tiene ni punto de comparación".

Agregó que la Asociación de Vecinos pretende seguir adelante con el concurso sin salir del barrio. Además, señaló que el hipotético impacto visual sobre los BIC cercanos será temporal porque con la prevista rehabilitación del Asilo la tapia se derribará.

José Prieto explicó que cuestionar el carácter artístico de los grafitis es anacrónico porque ya se han incorporada a los museos de vanguardia, entre ellos el MOMA de Nueva York. A su juicio, realizar estos trabajos sobre un muro delimitado "no supone ninguna agresión para el barrio, sino todo lo contrario, lo enriquece".

Una de las concursantes, Arancha Blasco, profesora de Bellas Artes, calificó de "ridícula" la polémica generada por el concurso. En su opinión, es incomprensible que, "en estos tiempos, se critique un proyecto para decorar y dar color a la ciudad. Es una actividad que suma valores al barrio".

Otro concursante, Luis Manuel Ramos -alumno de Bellas Artes-, considero "retrógrado" oponerse a una demostración de grafitis. Explicó que esta actividad no se puede equiparar a las firmas o los escritos sin ninguna pretensión artística que ensucian edificios públicos y privados. Según Ramos, en gran parte, el recelo que ha despertado al concurso en Teruel radica en el desconocimiento de esta manifestación artística. Recordó que la capital debería valorar más esta forma de expresión creativa "teniendo en cuenta que quiere potenciar sus estudios de Bellas Artes".

José Polo advirtió que los vecinos se opondrán al traslado de los grafitis a otro lugar mediante el arranque los tableros de madera. Añadió que el concurso, al igual que el festival musical Vajoviaductos que se celebra paralelamente, quieren consolidarse como "seña de identidad del barrio". Afirmó que ha mantenido contactos con vecinos para que cedan muros de San Julián para realizar el concurso en futuras ediciones.

La asociación vecinal reclama también el regreso del festival Vajoviaductos al barrio. Este año se ha trasladado a Los Planos por imposición municipal, y ante las quejas de parte del vecindario por los ruidos y molestias que ocasionaba. La Asociación de Vecinos ha iniciado una recogida de firmas en apoyo del festival, que ya ha recibido 500 rúbricas.