SUCESOS

Aparece vivo y en buen estado de salud el anciano que se perdió en Mora el pasado lunes

Enrique Catalán, de 80 años de edad, relató ayer que no comió en todo el tiempo y que durmió bajo carrascas.

El anciano ingresó ayer en Urgencias del Obispo Polanco, donde se le realizaron pruebas médicas.
Aparece vivo y en buen estado de salud el anciano que se perdió en Mora el pasado lunes
RUBEN VILLéN

"No he comido absolutamente nada en todos estos días, pero sí he podido beber agua y he estado durmiendo bajo carrascas, en cuevas y en casetas". Así relató ayer Enrique Catalán, el anciano de 80 años que desapareció en Mora de Rubielos el pasado lunes, cómo, milagrosamente, ha podido sobrevivir en el monte durante tantos días.

Enrique salió de casa caminando la mañana del pasado 26 de abril. Ese mismo día fue visto por un vecino a cinco kilómetros del casco urbano de Mora de Rubielos en dirección a Alcalá de la Selva, en el paraje conocido como la Fuente del Berro. La familia denunció ante la Guardia Civil su desaparición cuando, sobre las seis de la tarde de aquella jornada, el anciano no había regresado a casa.

Tras siete días de intensa e infructuosa búsqueda por parte de la Guardia Civil y de más de un centenar de vecinos, Enrique Catalán fue visto ayer, en torno a las 17.00, por un conductor en la carretera A-232 (La Puebla de Valverde-Castellón). El anciano se encontraba caminando entre los términos municipales de Cortes de Arenoso (Castellón) y Fuentes de Rubielos, muy cerca del límite con la Comunidad Valenciana y a más de 20 kilómetros de distancia de su domicilio.

El conductor, según informó ayer la Subdelegación del Gobierno en Teruel, pensó que el caminante podría ser el anciano desaparecido y telefoneó al alcalde de Mora de Rubielos, quien a su vez avisó a la familia. Dos yernos de Enrique fueron los encargados de salir a buscarle con el coche y llevarlo de vuelta a casa.

Una de los primeras cosas que contó a sus familiares es que tuvo la sensación de haber caminado cada día hasta 40 kilómetros. Según explicó a la doctora del centro de salud de Mora de Rubielos que ayer tarde lo examinó, debió desorientarse caminando por el monte, si bien fue él mismo quien después supo encontrar de nuevo una carretera para regresar a su casa.

"Conozco muy bien ese monte y sabía en todo momento dónde estaba, pero ahora me encuentro muy cansado porque he tenido que caminar mucho", comentaba ayer mientras era atendido en el servicio de Urgencias del hospital Obispo Polanco de Teruel, adonde fue trasladado en ambulancia desde el centro de salud de Mora de Rubielos, sobre las siete de la tarde, para que le fuesen realizadas diversas pruebas médicas.

Enrique, con buen semblante, mostraba sus manos llenas de arañazos. "He tenido que saltar por lo menos tres alambradas de ganaderías de toros. A veces iba por caminos, pero otras, campo a través", explicó el anciano, que antes de jubilarse se dedicaba a la agricultura. Aunque las temperaturas han sido suaves estos días, el pasado sábado, Enrique tuvo que guarecerse en una caseta medio derruida de la fuerte tormenta que cayó en la zona.

"El agua le salvó la vida"

El hijo de Enrique Catalán, Pedro Vicente, destacó ayer que las numerosas fuentes que hay en la Sierra de Gúdar-Javalambre y que, tras un invierno tan lluvioso, están rebosantes de agua, "le han salvado la vida". Añadió que, cuando fue encontrado, su padre llevaba al hombro una botella llena de agua cuyo contenido iba reponiendo a medida que encontraba manantiales, una precaución que sin duda contribuyó a su supervivencia. No obstante, los médicos indicaron a la familia que Enrique estaba deshidratado.

Tanto el hijo como la esposa de Enrique, Purificación Izquierdo, no ocultaban que, pasados los primeros días de búsqueda y sin que hubiese resultados positivos, llegaron a temer por la vida del anciano. En los últimos días, el desánimo había cundido entre los familiares hasta el punto de plantearse dejar de rastrear la zona.

Ayer, la esposa y el hijo de Enrique solo tenían palabras de agradecimiento para todas las unidades de la Guardia Civil, los vecinos y los familiares que han participado en la búsqueda. "Mucha gente dejó su trabajo para ir por el monte a buscar a mi marido y eso no lo vamos a olvidar nunca", dijo Purificación Izquierdo.