GRUPO DE RESCATE

Los ángeles de la guarda del montañero

El equipo de intervención en montaña de la Guarcia Civil con base en Mora de Rubielos realizó 24 servicios en 2009 en toda la provincia. La búsqueda de recolectores de setas extraviados y los accidentes vinculados al esquí provocaron el 80% de las operaciones.

Prácticas del Equipo de Rescate e Intervención en Montaña de la Guardia Civil en el río Miiares
Los ángeles de la guarda del montañero
ANTONIO GARCÍA

El Equipo de Rescate e Intervención en Montaña (Ereim) de la Guardia Civil con base de Mora de Rubielos es, desde su creación en 1982, un auténtico ángel de la guarda para los montañeros que se adentran en las sierras turolenses. Este grupo de especialistas tiene que estar listo para salir, en caso de accidente, de su sede en menos de 30 minutos en dirección a cualquier punto de la provincia y sus zonas limítrofes.

Aunque menos abruptos que los imponentes Pirineos, debido a la afluencia masiva que soportan en determinadas épocas del año, los montes turolenses son escenario de frecuentes accidentes y extravíos que requieren de la respuesta del Ereim. La última operación de rescate se produjo el pasado febrero. Consistió en la búsqueda de un vecino de Valbona del que se perdió la pista cuando salió a recoger trufas. Lamentablemente, fue localizado muerto en una poza de un afluente del Mijares en la que había perecido accidentalmente.

La 'temporada alta' para este servicio es, sin embargo, el otoño, cuando los montes del Maestrazgo, Gúdar, Javalambre y la sierra de Albarracín se llenan de aficionados a la recolección de setas. El jefe del Ereim, el cabo Diego Denia, explica que, en demasiadas ocasiones, los recolectores de hongos no cumplen las mínimas normas de seguridad en el monte, empezando por conocer el territorio en el que se adentran.

Denia explica que los miles de aficionados a la micología que se adentran cada año en las sierras turolenses "se confían en exceso" ante la impresión, falsa, de que no se encuentran en un terreno peligroso. Además, no tienen en cuenta el duro clima turolense y su tiempo cambiante.

Otra temporada de mucha actividad es la invernal, y se centra en las pistas de esquí de Valdelinares y Javalambre y sus entornos. El Ereim participa en el rescate de esquiadores accidentados en las estaciones invernales. También auxilia a aficionados al esquí fuera de pistas, a esquiadores de fondo y a senderistas.

24 intervenciones en 2009

Entre la temporada micológica y la de esquí suman el 80% de las 24 intervenciones de rescate y auxilio de 2009. Además, el año pasado se produjeron 10 falsas alarmas y se formularon 13 denuncias por actuaciones ilegales en el monte. Las comarcas donde se concentró la actividad fueron el Maestrazgo, Gúdar-Javalambre y la Sierra de Albarracín, las más abruptas.

El invierno lluvioso que acaba de finalizar augura también un verano 'caliente' para el grupo de rescate. La actividad más conflictiva será, previsiblemente, el barranquismo porque, como adelanta Diego Denia, "el deshielo incrementará el caudal de los cauces y pueden resultar peligrosos".

La formación del Ereim le permite afrontar todo tipo de emergencias y accidentes relacionados con actividades al aire libre: espeleología, barranquismo, montañismo, escalada, senderismo o esquí. Sus cinco integrantes reciben formación en socorrismo y atención a heridos, además de todas las especialidades deportivas vinculadas con la montaña. Tras un exigente periodo de formación de 9 meses en el Centro de Adiestramientos Específicos de Montaña de Huesca, los agentes del Ereim están listos para actuar. Además, cada año realizan en Benasque (Huesca) cursos de actualización de conocimientos que sirven también para comprobar que mantienen la forma física adecuada.

El jefe del Ereim explica que el número de rescates se ha incrementado en los últimos años por la accesibilidad de las sierras turolenses desde el Levante con la mejora de las comunicaciones. Además, señala que los materiales de escalada y montañismo son cada vez más fáciles de adquirir, aunque, en muchos casos, los compradores no disponen de la adecuada preparación técnica para su utilización. Esta circunstancia, unida al desconocimiento de la zona, causan numerosos accidentes. Al afrontar el rescate, "lo primero -recuerda Denia- es tranquilizar a la gente" y luego adaptar el equipo al medio en que se desarrollará la intervención.

Diego Denia señala que las intervenciones espeleológicas son las más complejas, las que requieren más personal y las más peligrosas. Afortunadamente, son poco frecuentes en la provincia. Una de las últimas actuaciones del Ereim transcurrió, no obstante, dentro de una gruta. Consistorio en la recuperación de unos explosivos de la Guerra Civil localizados casualmente por un espeleólogo en Peralejos.